A mediados de agosto de 2003 ingresó en GREFA un joven volantón de águila calzada. Se había encontrado desnutrido, probablemente obligado a dispersarse de su territorio natal por los fuegos forestales que durante este verano han azotado numerosos enclaves.
Como consecuencia de su desarrollo, con el plumaje completado su crecimiento, ya no podía ser reintroducido en nido por lo que se optó hacerlo en un grupo familiar.
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