Debido a la persecución humana, sobre todo en lo que se refiere al uso de cebos envenenados, agravado por otras amenazas como tendidos eléctricos, escasez de carroñas y pérdida de hábitat de cría, el buitre negro llegó a desaparecer en los años setenta de Portugal. Gracias a los esfuerzos conservacionistas volvió a criar hace cinco años y ya se cuenta con más de diez parejas, casi todas ellas en el área del Tajo Internacional. Precisamente en este espacio natural, allá por junio de 2010, gracias a la colaboración de GREFA, fueron marcadas las dos primeras crías de buitre negro que nacieron en Portugal, bautizadas como Tejo y Aravil.

Si se confirma la reproducción ahora también en el sur del país, donde el buitre negro no criaba desde hace más de cuarenta años, se habría dado un paso de gigante en la consolidación de la población portuguesa de la especie.

Más información, en la nota de prensa emitida en su momento por nuestros compañeros de la LPN: http://www.lpn.pt/Homepage/Noticias/Noticias/Announcements.aspx?tabid=2378&code=pt&ItemID=2066