Todo este trabajo se ha podido llevar a cabo gracias al tesón y la colaboración de Javier Bollaín y su familia, que desde siempre han mostrado un profundo amor y respeto por la naturaleza de la finca que poseen. Tanto es así que en nuestra última visita a la finca pudimos comprobar con alegría el buen estado de las charcas, repletas de agua y con abundante vegetación acuática y perimetral, elementos de gran importancia para el galápago europeo.
Si todo continúa como esperamos, al final de la primavera podremos liberar en este entorno varios juveniles de galápago europeo, procedentes del programa de cría en cautividad de GREFA. De esta manera, continuamos reforzando las poblaciones naturales de la especie, catalogada como “En peligro de extinción” en la Comunidad de Madrid.
En las próximas semanas seguiremos trabajando en fincas y zonas naturales de la Sierra de Madrid ¡Os iremos contando!