La pareja sacó adelante dos pollos lo que no es ninguna novedad… lo que sí es novedad y que la agudeza y las fotografías realizadas por Juan Jaramillo nos llenó de sorpresa fue el comprobar que el macho de esta pareja de águila-azor perdicera  tenía una limitación física sobresaliente.

Fijándonos en  las garras del águila podemos observar la falta de dedos o atrofia de una de las garras y como en la otra hay una marca en el tarso como si hubiera caído en un lazo o en cepo…. En cualquier caso Juan y Carlos tienen documentado y fotografiado este ejemplar aportando continuamente comida al nido para alimentar su prole… un ejemplo más de la capacidad de supervivencia de la fauna silvestre.