Obedece esta acción a los continuos rumores que surgen sobre el reparto de las 150 toneladas de veneno que la Junta compró en Diciembre del año pasado para repartir entre los agricultores que lo soliciten.

Los trabajos de control biológico que desde hace cinco años estamos realizando y la valoración que conjuntamente con investigadores del CSIC realizamos para determinar índices de abundancia, nos permite opinar de una manera autorizada y manifestar que la situación actual no justifica  el uso indiscriminado de rodenticidas  y que las consecuencias ambientales que producen ( como se vio  en el año 2007) desaconsejan su utilización para controlar las poblaciones de topillo.

La semana nos ha permitido observar la alta ocupación de cajas nido instaladas para cernícalo común y lechuza allí donde se han instalado, circunstancia ésta que nos preocupa por la mortalidad que pudiera ocasionarse si al final la Junta accede a repartir el veneno.

Un cernícalo común regentando una caja nido en el municipio de Boada Realizando los muestreos para valorar los índices de abundancia de topillo El Equipo del IREC-CSIC  y de GREFA.