Poco más de 12 horas habían pasado desde el final de nuestra segunda jornada de trabajo. Cuál fue nuestra sorpresa esa mañana cuando retomamos las tareas de colocación de las cajas nido. Al acercarnos a una de las que habíamos ya colocado, una lechuza salió de ella. Más alucinamos aún cuando nos dimos cuenta de que se trataba de una de las últimas cajas nido que habíamos instalado el día anterior. ¡No perdió el tiempo nuestra amiga!

Debemos tener en cuenta que se trata de una zona con algunas pequeñas masas de árboles donde las lechuzas encuentran refugio, pero no oquedades adecuadas para anidar. Tendremos que esperar a la primavera para saber si finalmente deciden sacar adelante sus polluelos en los nidales que les hemos instalado.