Un exceso de celo que no solo privará de un recurso de gran importancia para las aves carroñeras, especialmente en invierno, sino que además obligará a invertir en medios para retirar esos restos, cuando la alternativa limpia, barata y segura ya estaba ahí: nuestros buitres. Esperemos que no cunda el ejemplo en otras comunidades autónomas. En este artículo publicado en Lanza Digital tenéis todas las claves: http://goo.gl/U1N5ab