ESTUDIO DE AVES CARROÑERASFinalizado el proyecto de estudio y localización de puntos de alimentación de aves carroñeras en las provincias de Madrid y Segovia.

Las aves carroñeras, también llamadas aves necrófagas o buitres cumplen una importante función ecológica pues se alimentan de los cadáveres de otros animales. Esta dieta alimenticia especial las convierte en especies absolutamente necesarias para completar la cadena trófica, pues eliminan los restos de otras muertas en la naturaleza, evitando la difusión de enfermedades entre el resto de animales silvestres y domésticos.

La gran acidez en sus estómagos para acabar con las bacterias y los microorganismos que hayan matado al animal así como su capacidad de localizar animales muertos recorriendo grandes distancias gracias a que puede volar sin consumir energía, permiten a las aves necrófagas alimentarse de otras especies. Además del buitre leonado, el buitre negro, el quebrantahuesos y el alimoche, las cuatro especies de buitres que viven en la Península Ibérica, también los milanos y los córvidos complementan su dieta con restos de animales muertos. Todos ellos se han ido adaptando a las transformaciones que han tenido lugar a lo largo de los siglos.

Buitres megrosA diferencia de lo sucedido en la mayoría de los países europeos, en España los buitres sobrevivieron a los profundos cambios y a los años difíciles del uso indiscriminado del veneno en campos y montes para alejar a estas aves. Actualmente, se están impulsando iniciativas conservacionistas para recuperar las poblaciones de estas especies que, como el buitre negro o el quebrantahuesos, estuvieron hace unos años a punto de extinguirse. Un ejemplo es el Real Decreto 1998/2002 de 25 de octubre del Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación, por el que se regula la alimentación de aves rapaces necrófagas con determinados animales muertos y sus productos en muladares (comederos) construidos para ello, garantizando así el control sanitario.

Precisamente, el proyecto que han desarrollado GREFA y la Fundación Biodiversidad se fundamenta en este Real Decreto del Ministerio de Agricultura, puesto que lo que pretende garantizar en un futuro puntos de alimentación perdurables y sanitariamente controlados que aseguren a las aves carroñeras parte de su alimentación.

Para ello, se ha elaborado un inventario detallado de los puntos de alimentación de aves carroñeras en las provincias de Madrid y Segovia. Entre octubre de 2002 y octubre de 2003 un equipo de GREFA dirigido por José María de Colsa han estudiado, localizado y referenciado más de 120 puntos de alimentación en dichas provincias utilizando para ello técnicas de radioseguimiento y posteriormente introduciendo los datos en un Sistema de Información Geográfico (GIS) para definir aspectos tan relevantes como la tipología de los puntos de alimentación, especies que frecuentaban esos puntos de alimentación, proximidad a esos puntos de alimentación de vías de comunicación, núcleos urbanos, cursos de agua dulce.

El proyecto fue entregado en octubre de 2003 a la Fundación Biodiversidad y junto a ello se entregó un cuadro del artista de naturaleza Manuel Sosa quien había realizado el material divulgativo que ha acompañado el proyecto.

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