En la exploración de la rapaz, pudo observarse que este se encontraba en estado grave, dado su absoluta delgadez y deshidratación, pero además de ello presentaba fracturas en ambas extremidades posteriores.

Mediante un estudio radiográfico, determinamos la presencia de una fractura en tarso-metatarso izquierdo y otra fractura en fémur izquierdo. Esta última se trataba de una fractura muy complicada, que incluía la articulación coxofemoral, con lo cual determinaba la imposibilidad de recuperación del animal.

Como en otras ocasiones el no tener información sobre el paciente antes de ingresar en nuestro hospital, no nos impidió conocer la procedencia de sus lesiones. Una “lluvia” de perdigones se delataba en la radiografía como culpable de las múltiples fracturas encontradas. Nuevamente, la falta de escrúpulos de algún desalmado, vuelve a sesgar la vida de una de nuestras rapaces, el depredador de la noche por excelencia, que pasó de ser cazador, a ser presa de la “mala mano” del hombre.