Por eso nos ha preocupado tanto los alarmantes datos que vamos recibiendo últimamente desde varias zonas y regiones sobre fuertes declives de la especie. Los más recientes que hemos recibido proceden de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía, desde donde nos confirman que según los censos de 2016 la población regional se estima en 2.500 parejas, un 50% menos que en 2012, año en el que se censaron 5.000 parejas. Parece que las razones de este declive tan drástico y generalizado podría deberse en parte a una mala supervivencia de la especie en sus cuarteles de invernada en África.

En la propia Comunidad de Madrid, según los censos oficiales que se vienen realizando anualmente con la participación de GREFA se ha pasado de una población de cernícalo primilla de más de trescientas parejas en 2010 a poco más de doscientas parejas en 2016, lo que representa un descenso de nada menos que el 25%. Mientras tanto, el Gobierno regional sigue sin querer aprobar el Plan de Recuperación del cernícalo primilla, a pesar de ser una obligación legal por estar catalogada la especie como "En peligro de extinción" en la Comunidad de Madrid.

Sea como fuere, estaremos atentos durante el año que ahora empieza. Los resultados del censo de cernícalo primilla realizado el año pasado, cuando estén disponibles, arrojarán más luz sobre estos declives. Por nuestra parte estaremos especialmente pendientes de lo que ocurra en las colonias de la especie donde hemos reintroducidos pollos y a las que hacemos un estrecho seguimiento durante la época reproductora. Si las peores sospechas se confirmasen, tendrá más sentido que nunca nuestro proyecto de cría en cautividad del cernícalo primilla, gracias al cual producimos unos trescientos pollos anuales, así como todo el amplio abanico de medidas que desarrollamos en su hábitat (reintroducciones, construcción de primillares y adecuación de silos para albergar colonias, vigilancia de puestas y anillamiento de pollos, entre otras).