Los dos primeros ejemplares encontrados fueron  "Cuberes" y "Boumort", localizados respectivamente el 13 de mayo en las cercanías de Reus y el 23 de junio en la misma reserva de Boumort. "Cuberes": una hembra subadulta, fue detectada cuando todavía estaba viva, por una patrulla de Agentes Rurales y volvió a ser avistada en el pantano de Foix (Penedés) descansando sobre una rama; unos tres días después un excursionista localizó el cadáver junto a la vía férrea, con el emisor de radio inutilizado. Durante esas fechas un frente de lluvias descargó abundantes precipitaciones por toda la zona. Los niveles altos de plomo detectados en la necropsia pudieron provocar la lentitud de movimientos y el consiguiente atropello por el tren. "Boumort, un macho subadulto, estaba estabilizado en la zona de liberación y alrededores. Los indicios entorno al cadáver, con plumas arrancadas por mordedura, hacen presumir una muerte producida por algún carnívoro terrestre mientras descansaba en el suelo.

   El caso "Senyús", el último buitre negro localizado muerto, es bien distinto. El equipo de radioseguimiento terrestre de GREFA y la Generalitat de Cataluña, realizó un rastreo que duró una semana y recorrió amplios territorios de Extremadura, Andalucía y Castilla-La Mancha, con la finalidad de localizar dos ejemplares radiomarcados, que hacía tiempo que no se localizaban; "Senyús apareció muerto en Deleitosa, en la provincia de Cáceres el 4 de octubre en mitad de una dehesa ganadera. Otro quipo prospecto áreas de Madrid, Ávila y Salamanca.

   La persistencia en el seguimiento de los buitres negros liberados nos ha permitido localizar a "Cuberes", "Boumort" y "Senyús"; pero también nos acerca al momento en que se va a producir la primera reproducción en el prepirineo y el inicio de una nueva colonia vital para la pervivencia de las actuales y futuras poblaciones europeas de buitres.