Para GREFA la lechuza es desde hace años la representante genuina del control biológico de roedores y por ello trabajamos desde diferentes ámbitos y proyectos: en educación ambiental con una instalación especial en el “Centro Naturaleza Viva” en el que está ambientado un pajar tradicional donde tenemos unas parejas reproductoras de lechuza mostrando esa alianza incondicional con el medio rural para proteger el grano y los alimentos almacenados; en el proyecto “ control biológico del topillo campesino en Castilla y León” posibilitando que la especie se reproduzca en aquellos lugares donde el topillo es plaga que afecta a los cultivos de cereal y , por último, promoviendo la liberación de pollos de lechuza mediante la técnica de hacking entre los propietarios de finas rurales con naves agrícolas y casas de labor.
En este mes de febrero realizamos un hacking en la Finca de Miguel Carrero, en el municipio de Pinto, hacking que él y Fernando Cobo se encargan de mantener y realizar el seguimiento de los pollos hasta que éstos se independizan.