El caso es que, aunque se trata de un método extremadamente fiable y con muy poco margen de error, tras comprobar que ambos se emparejaban entre sí a finales de 2014, regentaban un nido artificial e incluso efectuaban cópulas sobre él, pensábamos que Hornos era, en realidad, una hembra.

¿Por qué Hornos y no Grévol? Por indicios de conducta social y reproductiva: Grévol montaba sobre la espalda de Hornos en los apareamientos. Y también era Grévol quien mostraba interés por otras hembras de la colonia, llegando incluso a forzar amagos de cópula con alguna de ellas.

Pero, al descubrirles otro día efectuando una cópula inversa, con Hornos sobre Grévol, no tuvimos más remedio que replantearnos la hipótesis y aceptar que se trata de una pareja formada por sendos machos.

Lo extraordinario es que solo conocemos precedentes en ejemplares cautivos, tanto en buitres negros (a través de Pablo Izquierdo) como en quebrantahuesos (Alex Llopis). Pero serían situaciones forzadas donde un error en la asignación de sexos o bien la falta de hembras, hace que se formen semejantes lazos.
¿Cuál es la posible explicación para el emparejamiento de dos individuos del mismo sexo en libertad?

La causa más probable es el desfase existente en la colonia pirenaica entre hembras y machos, más numerosos éstos que aquéllas, sobre todo en las clases de edad juvenil y subadulta. Por otra parte, todas las hembras adultas se encuentran emparejadas a principios de 2015.

Quién sabe, quizá Hornos y Grévol serían unos excelentes padres adoptivos, ya que no biológicos, si se les presentara la oportunidad.

Lo que está claro es que, una vez más, el seguimiento constante e individualizado de los miembros de la colonia pirenaica que realizan GREFA y TRENCA, ha permitido detectar un rasgo desconocido en la conducta de los buitres negros en libertad.

Mario Álvarez / Emilie Delepoulle
GREFA