¿Existen los milagros?
En la historia de Gallarda y Modesto, dos buitres negros liberados en el marco del programa de reintroducción de la especie en el Prepirineo catalán (RNC de Boumort y Espai Natural d`Alinyà), podríamos pensar que sí.
Ya que estos dos individuos, tras pasar un sinfín de peripecias y desventuras desde su liberación, acaban de constituir una nueva pareja. Es la séptima en activo del programa. Coincidieron durante nueve meses en el jaulón de aclimatación de Boumort, hace cuatro años y medio. Y ahora el destino les ha vuelto a juntar.
Recordemos que Gallarda quedó viuda tras la muerte de Urdiet. Emigró a Francia y se emparejó allí con un macho francés, llamado Montespan. Pero retornó a Boumort cuando este ejemplar comenzó a coquetear con otra hembra, tras dos años de intentos fracasados de reproducción.
Por su parte, Modesto desapareció del mapa a los pocos meses de ser puesto en libertad. Y resurgió de manera insospechada en un Centro de Recuperación francés, con una gravísima lesión ocular además de una infección aguda en la planta del pie, de las cuales tuvo que ser intervenido y sufrir una larga rehabilitación de más de un año antes de volver a la naturaleza.
¡Ayer, 21.11.13, por la tarde, comprobé que ambos estaban construyendo un nido en el centro de la colonia de cría!
La verdad es que Modesto ya había cortejado a Gallarda, hace menos de un mes, coincidiendo con la activación hormonal típica del celo otoñal. Pero la hembra no se mostró entonces muy receptiva.
Lo más bonito de la historia es que la implicación de todo el equipo de Boumort-Alinyà ha hecho posible que tenga un desenlace tan feliz. Máxime en el caso de Modesto, al que tuvo que repatriarse desde Francia, recibir atención en el CR de Vallcallent, ser operado en la Universidad Complutense por un prestigioso oftalmólogo, rehabilitarse en las instalaciones de GREFA y ser atentamente seguido tras su liberación. Por ello aprovecho la oportunidad para felicitarles a todas las personas implicadas y en especial a Marc Gálvez, el bravo naturalista de TRENCA que tuvo la paciencia de estar, en pleno invierno, al lado de Modesto cuando más lo necesitaba. Y a Fernando González, el impecable veterinario de GREFA, siempre disponible para cualquier urgencia.
Mario Álvarez Keller
Equipo de Boumort-Alinyà