Nuestro proyecto "Control biológico de plagas de topillo campesino" ha crecido de la mano de diferentes entidades de investigación, como por ejemplo el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC), el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN), la Estación de Estudio de Zonas Áridas (EEZA), la Universidad de Valladolid (UVA) y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).
Entre las múltiples investigaciones publicadas hasta la fecha, en las que este proyecto ha participado u ofrecido un soporte logístico, está la recién leída Tesis Doctoral de nuestro amigo David L. Idiáquez, quien nos invitó a su lectura en el MNCN el pasado 12 de septiembre. El título de su tesis es “Influencias ambientales en la expresión y selección de caracteres mecánicos en el cernícalo vulgar”, para la cual parte de su trabajo se focalizó en una de las zonas más antiguas creadas por GREFA para el control biológico del topillo: Villalar de los Comuneros, en Valladolid. Felicitamos al ya doctor Idiáquez por ese merecido sobresaliente en su trabajo.
No queremos perder la ocasión de recordar que esta tesis ha sido dirigida por Jesús Martínez Padilla. Este investigador, junto a otros entre los que figuran el propio David, así como Alfonso Paz (miembro de GREFA en este proyecto) o Javier Viñuela (histórico asesor científico del programa de control biológico del topillo) han publicado recientemente un reconocido artículo científico. Este trabajo versa sobre la afección de los rodenticidas anticoagulantes a la condición física de los pollos de cernícalo vulgar, que paradójicamente es uno de los grandes depredadores naturales de los topillos.
En este estudio, se analizó la sangre de 112 pollos de cernícalo vulgar pertenecientes a 40 cajas nido del proyecto de control biológico del topillo desarrollado por GREFA y el IREC en Villalar de los Comuneros (Valladolid) y Boada de Campos (Palencia). De ahí se ha demostrado que un 16,9% de los pollos de cernícalo vulgar muestreados contenía bromadiolona en sangre, afectando a su condición corporal y en consecuencia reduciendo su peso un 6,7% respecto a los pollos en los que no se detectó bromadiolona en sangre.
La intoxicación secundaria es un hecho
Este trabajo es una evidencia más de los efectos negativos por intoxicación secundaria que produce la aplicación de rodenticidas anticoagulantes como la bromadiolona en medios agrícolas para intentar prevenir las plagas de topillo. La ceba de los pollos de depredadores con presas envenenadas pone en riesgo la supervivencia de la nidada. Además, se pone de manifiesto que el riesgo de intoxicación secundaria es evidente pese a que el rodenticida se introduzca dentro de las madrigueras de los topillos y posteriormente estas oquedades sean tapadas como indica la legislación vigente. Esto se debe al efecto del químico, que causa la muerte lenta (en varias horas o incluso días) por micro-hemorragias, haciendo que el roedor se convierta en una presa de más fácil acceso para sus depredadores.
A continuación copiamos la referencia del artículo y felicitamos a todos sus autores por esta contribución tan valiosa a la conservación de la fauna salvaje de los medios agrícolas:
Martínez‐Padilla, J.; López‐Idiáquez, D.; López‐Perea, J. J.; Mateo, R.; Paz, A. & Viñuela, J. (2017). A negative association between bromadiolone exposure and nestling body condition in common kestrels: management implications for vole outbreaks. [Asociación negativa entre la exposición a bromadiolona y la condición corporal en pollos de cernícalo vulgar: implicaciones para la gestión de plagas de topillo]. Pest Management Science, 73(2): 364-370.
A día de hoy, nos encontramos trabajando en otras investigaciones que contribuirán a reforzar el conocimiento científico internacional sobre el Control Biológico integral (depredadores y configuración paisajística) de roedores, y los riesgos e ineficacia del uso de rodenticidas anticoagulantes y quemas de linderos como herramientas de control de plagas de roedores en medios agrícolas. Pronto, os pondremos al día sobre los primeros resultados obtenidos.