El águila imperial Susana cuando aún lucía el plumaje leonado característico de los ejemplares juveniles.
El águila imperial Susana cuando aún lucía el plumaje leonado característico de los ejemplares juveniles.

ESPECIE DEL MES EN GREFA: ÁGUILA IMPERIAL

Historia de Susana, la superviviente

Conservar al águila imperial es una consigna grabada a fuego en el ideario de GREFA desde sus inicios. Hoy en día que la especie puede presumir de una población que se recupera año a año, tras haber estado cerca de la extinción, el caso de la hembra Susana ilustra muy bien la suerte de la especie: una vida continuamente expuesta al peligro que por fin se toma un respiro.     

Texto: José Antonio Montero
Fotos: GREFA

Si existe un águila imperial que se haya ganado que la “parroquia” naturalista la llame por su nombre, esa es Susana. En 2013, y por segundo año consecutivo, ha sacado adelante nada menos que tres pollos, los mismos que en la temporada de cría anterior, cuando por fin pudo reproducirse con éxito tras una vida llena de peripecias. Alcanzar su serena maternidad actual no ha sido nada fácil para esta hembra de águila imperial, como bien saben los socios y amigos de GREFA. No está de más que lo recordemos.

Susana nació en 2008 y, tras abandonar el nido e iniciar su dispersión juvenil, tuvo la mala suerte de romperse el ala al caerse por culpa de una electrocución. El ejemplar fue recogido malherido en el término municipal de Fuente el Saz (Madrid) y, tras meses de rehabilitación en el hospital de fauna silvestre GREFA, fue liberado de nuevo, ya  con un emisor en su dorso.

En los siguientes tres años, los naturalistas de GREFA encargados del seguimiento por satélite del animal no ganaban para sustos. Uno de los más grandes fue el envenenamiento de uno de los machos con los que Susana pasó su etapa juvenil por las llanuras agrícolas del sur de la Comunidad de Madrid y el norte de la provincia de Toledo por las que se movía.


Nido de Susana en 2013

En 2011 la encontramos asentada en un territorio de cría, una zona con mucho viñedo y algo de olivar en la comarca toledana de Torrijos. Pero sus infortunios no habían terminado: la puesta que incubaba se cayó debido a la inestabilidad de su nido, construido sobre un eucalipto. Al año siguiente, Susana optó por nidificar en otro sitio, en lo alto de un gran chopo a algo más de un kilómetro del primer nido y su (mala) suerte cambió.

Los tres primeros pollos que nuestra amiga sacó adelante se llaman Aljama, Candela y Moro. Son dos hembras y un macho, “pura cosecha del 2012”, que hoy en día vuelan libres, la mayor parte del tiempo sin alejarse excesivamente de su comarca natal. Gracias a los emisores satelitales que llevan, sabemos que Aljama ha sido la más aventurera: el pasado abril emprendió viaje hacia el oeste y alcanzó Portugal, para luego seguir valle del Guadiana arriba hasta alcanzar el valle de  Alcudia (Ciudad Real) y la sierra de Andújar (Jaén).

En la temporada de 2013, Susana ha vuelto a triunfar: junto con el mismo macho con el que lleva emparejada desde hace tres años, ha criado con éxito tres nuevos pollos, que por estas fechas ya han echado a volar.

Lo que le ha pasado y le pasa a nuestra Susana ejemplifica a la perfección los peligros, pero también las oportunidades que se abren hoy en día para una especie como esta, con unos efectivos en continua recuperación tras décadas de grandes esfuerzos por conservarlos y gracias a medidas que han sido definitivas, como la modificación a gran escala de los tendidos eléctricos donde morían.

En 2012 se censaron 380 parejas de águila imperial ibérica (370 en España y 10 en Portugal), con un incremento poblacional de casi el 20% con respecto al año anterior. Algunas están recolonizando poco a poco territorios con hábitats nuevos que se habían quedado vacíos de la rapaz en las últimas décadas.

Es el caso de los territorios de más de media docena de parejas, entre ellas la de Susana, que se suceden entre la comarca de La Sagra y los valles de los ríos Alberche y Tiétar, tanto en el sector toledano como en el madrileño. Son zonas dedicadas eminentemente a la agricultura de secano, con abundancia de conejo y perdiz, por lo que es fácil entender que la colaboración con agricultores, cazadores y propietarios rurales es vital para estas águilas imperiales pioneras.     

Los tres pollos criados en 2013 por la hembra de águila imperial Susana descansan en su nido, ubicado en el chopo de una campiña del norte de la provincia de Toledo.Los tres pollos criados en 2013 por la hembra de águila imperial Susana descansan en su nido, ubicado en el chopo de una campiña del norte de la provincia de Toledo.
    
ELLA NOS LO CUENTA TODO: Además de toda una superviviente, Susana ostenta un meritorio récord: haberse convertido en la primera águila imperial que es objeto de seguimiento continuado durante todo su ciclo vital, incluida esa fase tan importante para la vida de la rapaz como es la que va entre la dispersión juvenil y la reproducción. Los naturalistas de GREFA, con la colaboración de los agentes medioambientales de Castilla-La Mancha y Madrid, se afanan desde hace cinco años en captar la señal emitida por el emisor de Susana. En 2012, los tres pollos que sacó adelante esta hembra esa temporada también fueron marcados con emisores y han pasado a convertirse en nuestros informantes.

Susana con plumaje juvenil, cuando aún no era un ejemplar reproductor, posada en una encina.Susana con plumaje juvenil, cuando aún no era un ejemplar reproductor, posada en una encina. Susana con plumaje juvenil, sometida a tratamiento fisioterapéutico, durante su recuperación en el centro de rehabilitación de GREFA antes de su liberación al medio naturalSusana con plumaje juvenil, sometida a tratamiento fisioterapéutico, durante su recuperación en el centro de rehabilitación de GREFA antes de su liberación al medio natural Susana con plumaje adulto, posada en la misma zona agrícola de la provincia de Toledo donde ha ubicado su nido actual.Susana con plumaje adulto, posada en la misma zona agrícola de la provincia de Toledo donde ha ubicado su nido actual.