Con la marcha del último pollo nacido en nuestras instalaciones de cría en cautividad, dedicadas a especies amenazadas o emblemáticas, comenzamos a preparar la siguiente temporada. Lo primero de todo, toca limpiar estos recintos y hacer los arreglos necesarios para que nuestros reproductores de buitres negros, águilas reales, águilas de Bonelli, cernícalos primilla y demás especies que críamos tengan las mejores condiciones.
Los meses de julio y agosto suponen un parón en los ciclos reproductivos de las especies que criamos en cautividad. Por ejemplo, los últimos pollos de cernícalo primilla se marchan a mediados de julio y los buitres negros del año, un poco más tardíos, son trasladados en agosto a las zonas donde reintroducimos a esta especie. Los adultos de nuestro stock reproductor, llegado este momento del año, se dedican a terminar de mudar sus plumas y a sobrevivir al calor como buenamente pueden, pasando algunos ratos a remojo en las bañeras que les hemos construido.
Es por eso que aprovechamos estos meses para llevar a cabo la limpieza general de las instalaciones de cría en cautividad de GREFA, así como las reparaciones y modificaciones necesarias para que los adultos reproductores se encuentren cómodos de cara al año que viene. Es, sin duda, un trabajo duro. Nuestro personal, voluntarios y estudiantes en prácticas se dedican en cuerpo y alma a llevar a cabo todas las tareas necesarias en el menor tiempo posible ya que, para evitar un estrés excesivo en nuestros reproductores, deben volver a sus instalaciones en cuestión de horas.
Aprovechamos, así mismo, para revisar a los ejemplares con la ayuda de nuestro equipo veterinario. La mayoría de nuestras parejas no volverán a ser manejadas en un año, por lo que toda prueba diagnóstica es poca.