Estamos contentos de que nuestra intervención y la colaboración del propietario hayan permitido habilitar recientemente una casa vieja de un pueblo de la provincia de Palencia. Nuestro objetivo era facilitar que criasen y se refugiasen en ella esa fauna cercana a los ambientes humanos y tan útil por los servicios que presta, como por ejemplo el control biológico de especies plaga. Esta actuación, previa al inicio de la temporada de reproducción, es un ejemplo de cómo se puede hacer compatible con sencillas medidas el mantenimiento de bienes patrimoniales en el medio rural con la conservación de la biodiversidad.
Como sabéis, el abandono rural es uno de los principales azotes que sufre la España profunda por todo su territorio. El éxodo rural durante la segunda mitad del siglo XX ha sido progresivo y el envejecimiento de la población también ha contribuido a que cada vez sean más los edificios que se encuentran en estado de abandono. En muchas ocasiones, una gotera, una ventana o una puerta rota puede ser el comienzo de un gran deterioro debido a la colonización del edificio por palomas y la gran acumulación de sus corrosivas deyecciones. A menudo esta situación conduce a la ruina total del edificio y en otras tantas a que los agujeros en muros y paredes, tan necesarios para muchas especies de aves, sean herméticamente taponados por el propietario, lo que impedirá la entrada de cualquier ser vivo en la casa y provocará la muerte de los ejemplares que han quedado atrapados.
Desde GREFA son numerosas las acciones de restauración de edificios históricos y patrimoniales en las que hemos ofrecido nuestro asesoramiento para evitar la colonización de edificios por parte de palomas, al mismo tiempo que permitimos la entrada de otras especies muy beneficiosas para el ser humano por sus hábitos tróficos (control biológico de plagas de roedores o insectos, por ejemplo) y que no generan problemas por acumulación de excrementos.
Ejemplo de ello lo tenemos en un pueblo de la comarca de El Cerrato (Palencia). Este caserón vacío ya desde hace más de 25 años contaba con numerosas oquedades que habían permitido convertir la casa en un palomar en el que a veces criaba una lechuza, un par de golondrinas y un colirrojo tizón. Gracias a la intervención que hemos realizado con el propietario, llevada a cabo el pasado 16 de febrero, hemos conseguido dejar la casa vacía de palomas, hemos adecuado dos viejos huecos para la reproducción de la lechuza y hemos cerrado ventanas rotas al tiempo que hemos abierto varias rendijas: tres de ellas a zonas de la casa en las que existían nidos de golondrina y colirrojo tizón y otra más a una estancia en la que hemos colocado un refugio para murciélagos.
Esperamos poder ver pronto el resultado de estas intervenciones con la inminente llegada de la primavera y animamos a todos los propietarios de viejas casas a que permitan la entrada de tan beneficiosas especies que limpian nuestros pueblos de molestos insectos y roedores. Si estás interesado, ponte en contacto con nosotros para asesorarte en lo que precises, a través de nuestro compañero Carlos Cuéllar: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Nos despedimos agradeciendo al propietario su aceptación a la iniciativa y su sensibilidad por la conservación de tan amenazadas especies.