Águila perdicera de pocas semanas de edad, lista para su liberación en el medio natural, con el emisor satelital al dorso.Águila perdicera de pocas semanas de edad, lista para su liberación en el medio natural, con el emisor satelital al dorso.22 DE MAYO: Día Internacional de la Diversidad Biológica

22 de mayo / Dos águilas perdiceras nacidas este año en el Centro de Recuperación y Hospital de Fauna Silvestre que la asociación GREFA tiene en Majadahonda (Madrid) serán liberadas en los próximos días en un espacio protegido del suroeste de la Comunidad de Madrid donde esta especie amenazada dejó de reproducirse hace décadas: la ZEPA nº 56 (Encinares de los ríos Cofio y Alberche), incluida en Natura 2000, la gran red de áreas protegidas de la Unión Europea.

Hoy, 22 de mayo, Día Internacional de la Diversidad Biológica, estas dos águilas perdiceras jóvenes criadas en cautividad en las instalaciones de GREFA han sido “presentadas en sociedad”, tras ser objeto esta misma mañana de los últimos chequeos veterinarios para confirmar que están en perfectas condiciones para ser liberadas en el medio natural. Ademas, han sido marcadas con emisores satelitales dotados con tecnología GPS, lo que facilitará su seguimiento continuado una vez que que hayan emprendido la vida en libertad.

Antes de su liberación definitiva, ambas aves estarán varios días en un jaulón instalado en la propia zona de suelta, donde discretamente se les facilitará alimento. Este método de reintroducción, conocido como hacking o “crianza campestre”, muy habitual en proyectos en todo el mundo en los que se trabaja con pollos de aves rapaces, pretende facilitar la aclimatación y el apego a la zona de suelta de los ejemplares que van a ser liberados.

Esta actuación se engloba dentro del programa “Red Bonelli”, que pretende la recuperación de una especie amenazada como el águila perdicera, también llamada águila de Bonelli, en la cuenca mediterránea. La principal medida de “Red Bonelli” es la reintroducción o el reforzamiento de las poblaciones de la especie mediante la liberación de ejemplares en su mayoría criados en cautividad o cedidos por centros de recuperación de fauna silvestre. Gracias a este programa, en los últimos años se han soltado águilas perdiceras en tres comunidades autónomas: Madrid, Navarra y Baleares.

En el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres de la Comunidad de Madrid, el águila perdicera aparece en la categoría de “En peligro de extinción”, al mismo nivel que la emblemática águila imperial ibérica. “Sin embargo, no ha sido capaz aún de concitar el apoyo social ni beneficiarse de las inversiones que merecería la conservación de una especie que apenas mantiene un par de parejas reproduciéndose en libertad en territorio madrileño”, explica Ernesto Álvarez, presidente de GREFA.

 Un águila perdicera adulta reposa en su instalación del centro de fauna silvestre de GREFA (en Majadahonda, Madrid). Un águila perdicera adulta reposa en su instalación del centro de fauna silvestre de GREFA (en Majadahonda, Madrid).

La amenaza de los tendidos eléctricos, aún muy vigente

En la Comunidad de Madrid, “Red Bonelli” inició las primeras sueltas de águilas perdiceras en el año 2010. La electrocución de ejemplares dentro del programa ha traído consigo la detección de puntos negros fatales para la expansión de la especie, además de confirmar que los tendidos eléctricos siguen siendo la principal causa de mortalidad de esta especie en España, algo de lo que científicos e investigadores que trabajan con esta rapaz vienen alertando desde hace años.

La realidad es que el esfuerzo realizado estos años atrás para reducir la peligrosidad de los líneas eléctricos es aún insuficiente, ya que siguen electrocutándose águilas perdiceras y otras rapaces incluso en tendidos que fueron intervenidos en el pasado para minimizar su impacto en las aves. “El seguimiento por satélite de las águilas perdiceras liberadas en la Comunidad de Madrid nos ha permitido descubrir que muchas de esas medidas correctoras se aplicaron mal para esta especie o ya han caducado”, advierte Álvarez, que revela que las aves están muriendo por esta causa hasta en zonas con protección legal, como es el caso de la citada ZEPA nº 56 de la Comunidad de Madrid.

Desde GREFA queremos aprovechar la celebración hoy del Día Internacional de la Diversidad Biológica para hacer un llamamiento a las administraciones estatales y autonómicas y a las compañías eléctricas, cuya colaboración y esfuerzo inversor sigue siendo imprescindible si queremos de verdad solucionar una de las principales amenazas que sufren muchas de nuestras especies protegidas.

Si quieres saber más...

(1) La población española de águila perdicera, la más importante de Europa, es sin embargo inferior al millar de parejas. Según el “Libro Rojo de las Aves de España”, la especie ha sufrido una drástica disminución en la mitad norte de la península Ibérica y sus antaño densas poblaciones levantinas y catalanas también han tenido descensos muy bruscos, de manera que los únicos núcleos estables se sitúan en zonas de Andalucía y Extremadura.

(2) Impulsado por GREFA, actualmente participan en el programa “Red Bonelli” los Gobiernos de Madrid, Navarra, Baleares y Andalucía, la Diputación Foral de Álava, la ONG francesa Ligue pour la Protection des Oiseaux (LPO), dedicada a la conservación de las aves, y la UFCS, entidad que agrupa a casi medio centenar de centros de recuperación de fauna silvestre de Francia. También han prestado su colaboración Extremadura, la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha. Recientemente se ha incorporado a “Red Bonelli” la isla de Sicilia (Italia), desde donde se cederá al programa de cría de GREFA con esta especie varias águilas perdiceras requisadas.

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1. Águila perdicera de pocas semanas de edad, lista para su liberación en el medio natural, con el emisor satelital al dorso. 2. Un águila perdicera adulta reposa en su instalación del centro de fauna silvestre de GREFA (en Majadahonda, Madrid).
3. Pollo de águila perdicera nacido en cautividad en el centro de fauna silvestre de GREFA. 4. Un naturalista de GREFA examina a un águila perdicera adulta antes de que el ave sea liberada en el medio natural.
5. Nido artificial en la zona de suelta del suroeste de la Comunidad de Madrid, donde vivirán en una primera fase las águilas perdiceras que sean liberadas. 6. Un naturalista de GREFA introduce a un águila perdicera joven en el jaulón que servirá de nido artificial al ave, en una fase previa a su liberación definitiva.

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