El aguilucho cenizo “Galán” fue equipado con un GPS por GREFA en el año 2019.
El aguilucho cenizo “Galán” fue equipado con un GPS por GREFA en el año 2019.

La vida de los animales salvajes nunca es fácil, pero hay especies cuya propia existencia parece una carrera de obstáculos contra las adversidades. Es el caso del aguilucho cenizo y por lo tanto del protagonista de esta historia: "Galán", un ejemplar procedente de las estepas cerealistas del río Henares al que en 2019 colocamos un emisor GPS y que se ha convertido en nuestro aguilucho informante más veterano.

Para "Galán" las dificultades empezaron desde el momento mismo de ser un huevo, igual que para cualquier aguilucho cenizo. Esta rapaz construye sus nidos a ras de suelo en los campos de cereal, protegidos por el anonimato que les proporciona el inmenso mar de espigas. Pero con lo que no contaba esta especie es que la intensificación agrícola, la mecanización de las cosechas y el cambio climático iban a adelantar cada vez más la recolección de los cultivos, hasta el punto de no dar tiempo a que sus pollos tuviesen edad suficiente para volar. Así las cosas, en la actualidad muchos pollos de aguiluchos están condenados a morir bajo las cuchillas de las cosechadoras.

"Galán" logró eludir ese macabro destino, al igual que otros pollos que son rescatados por las campañas de salvamento que GREFA y otras organizaciones conservacionistas mantenemos desde hace años. Actualmente trabajamos en la comarca de La Sagra (entre la Comunidad de Madrid y la provincia de Toledo) con dos especies de aguiluchos: el cenizo y el pálido. Las actuaciones de conservación principales que llevamos a cabo con estas especies son el seguimiento de los adultos reproductores, la localización de nidos y la campaña de salvamento de pollos. La colaboración con los agricultores es fundamental para avanzar en la conservación de estas dos especies.

Cartel de la campaña de salvamento de aguiluchos ibéricos de GREFA.

Una sucesión de retos para superar

Superado el peligro de las cosechadoras, los contratiempos a los que "Galán" deberá enfrentarse en su vida no han hecho más que empezar. Su siguiente reto será el simple hecho de alimentarse, puesto que a los aguiluchos cenizos les resulta cada más difícil encontrar comida porque el uso abusivo de plaguicidas y pesticidas está disminuyendo sin remedio la cantidad de sus presas habituales (micromamíferos, invertebrados y pequeños reptiles). Por si todo eso fuera poco, hacia el mes de agosto el reloj biológico de "Galán" marca la hora de la migración y eso le lleva a enfrentarse a algunas de sus pruebas más duras. Primero tendrá que atravesar gran parte del territorio peninsular: parques eólicos, líneas eléctricas y otros graves riesgos se interpondrán en su camino. Si logra sortearlos le asaltará el vértigo de tener que dar el salto a África a través del estrecho de Gibraltar.

Al lado africano las cosas no serán ni mucho menos más fáciles dado que tendrá que atravesar primero la cordillera del Atlas y luego el gran desierto del Sáhara. ¡A menudo no somos conscientes de la inmensa proeza que supone la gran aventura de la migración! Tras recorrer 5.000 kilómetros durante casi dos meses "Galán" llegará finalmente a su área de invernada en el África subsahariana. Lo que pueda ocurrir a continuación durante su estancia en los destinos elegidos por la mayoría de nuestras aves migratorias es en gran medida una incógnita y en ese sentido la colaboración internacional con países como Senegal, Mauritania, Gambia o Mali marcará en gran medida la conservación de especies como el aguilucho cenizo, el cernícalo primilla o el alimoche, entre otras.

Juveniles de aguilucho cenizo rescatados por GREFA durante su campaña anual de salvamento de la especie.Juveniles de aguilucho cenizo rescatados por GREFA durante su campaña anual de salvamento de la especie.

De vuelta a casa

Si durante ese tiempo todo va bien, al llegar el mes de marzo “Galán” sentirá de nuevo la llamada de su “patria chica”, las estepas del Henares, en el límite entre la Comunidad de Madrid y la provincia de Guadalajara. En 2023 "Galán" inició su migración prenupcial el 1 de marzo, el 28 del mismo mes cruzó de vuelta el Estrecho de Gibraltar y tres días después llegó a su área de cría en el centro peninsular. Sin embargo, a finales de julio su GPS dejó de emitir al norte de la provincia de Segovia, suponemos que por pérdida del emisor. Aunque ya no podremos seguir sus desplazamientos, estamos seguros de que "Galán" logrará sortear todas las amenazas que le saldrán al paso, como ha venido haciendo hasta ahora. ¡Buena suerte, amigo!

Resumen visual del viaje migratorio de "Galán" en 2022

Ruta postnupcial de “Galán” en 2019, primer año en el que pudimos seguir su viaje a África.Ruta postnupcial de “Galán” en 2019, primer año en el que pudimos seguir su viaje a África.

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