El riesgo de electrocución y colisión de uno de los tendidos eléctricos más peligrosos para las aves de la provincia de Ávila ha quedado reducido gracias a una reciente intervención impulsada desde GREFA, con la colaboración de la empresa EDPR. Las medidas correctoras necesarias se han llevado a cabo durante el mes de agosto, en el contexto del proyecto europeo AQUILA a-LIFE, destinado a la recuperación del águila de Bonelli, pero que también beneficia a otras especies de rapaces.
Hay gestos que salvan vidas. Así de claro, así de contundente. Nos referimos a actuaciones que tienen una incidencia directa sobre la vida y la muerte de nuestra fauna salvaje y en ese sentido nuestro pulso contra la electrocución y la colisión de aves con líneas eléctricas no cesa. Cuando el trabajo de campo nos lleva a detectar una zona con elevada mortalidad sabemos que, si no hacemos nada, allí seguirán muriendo animales. Eso es justo lo que ocurría en un tendido eléctrico de propiedad privada situado en Urraca-Miguel (Ávila), que acumulaba a sus espaldas un buen número de cadáveres de aves, mayoritariamente rapaces.
El proyecto AQUILA a-LIFE para la recuperación del águila de Bonelli, coordinado por GREFA, ha sido el contexto operativo en que se ha realizado esta intervención, ya que una de sus principales líneas de acción es mitigar la principal amenaza para esta especie, que no es otra que la electrocución. Era obvio que no íbamos a quedarnos de brazos cruzados ante un caso así, pero necesitábamos encontrar un socio dispuesto a financiar la operación y ese apoyo lo hemos encontrado en la compañía eléctrica Energías de Portugal Renovables (EDPR).
Los antecedentes del caso no ofrecían muchas dudas: en Urraca-Miguel se sitúa un centro de tratamiento de residuos, el CTR Ávila-Norte, que actúa como auténtico polo de atracción para muchos animales que buscan una alimentación fácil y abundante (aunque de pésima calidad). Esto da lugar a elevadas concentraciones de aves carroñeras y oportunistas como buitres, milanos, cigüeñas, córvidos y otras. Si a eso le sumamos la proximidad del citado tendio eléctrico, que justo se interpone en la vía directa de entrada y salida al vertedero para muchas de esas aves, teníamos servida la "tormenta perfecta": en pocos años decenas de animales habían caído por electrocución o por choque contra esos cables, especialmente buitres negros y buitres leonados.
Nos ponemos manos a la obra
Una actuación de este tipo requiere mucho trabajo previo, traducido en innumerables gestiones, contactos y consultas. Obviamente y en primer término hay que contar con los propietarios de la línea eléctrica, ya que en este caso se trata de un tendido de propiedad particular. Pero también hay que hablar con la cooperativa agraria a la que pertenecen los terrenos colindantes de la finca en la que íbamos a actuar, por los que a su vez pasa el tendido, y cómo no, con los servicios territoriales en Ávila de las consejerías de la Junta de Castilla y León que se encargan de las cuestiones medioambientales e industriales. Por no mencionar a la empresa técnica a la que se encomendaron las correcciones previstas, a los que nos alquilaron el grupo electrógeno que permitió realizar los cortes de corriente para poder intervenir sobre el tendido, a los guardeses de las fincas afectadas y así un largo etcétera, en el contexto de una actuación que llegó a complicarse todavía más con la llegada de COVID-19 y el confinamiento derivado de la pandemia.
Por fin, el pasado 3 de agosto empezábamos los trabajos de corrección de la línea. Días más tarde, el 14 de agosto, completábamos las medidas anti-electrocución previstas para este tendido eléctrico, que por cierto son más exhaustivas que las exigidas por la legislación vigente, puesto que se realiza una modificación estructural para alejar la zona de posada de la zona en tensión, además de aislar el conductor.
Con 'salvapájaros' giratorios
Quedaba ya solo pendiente colocar los elementos anti-colisión. En efecto, el pasado 26 de agosto fue el día elegido para colocar lo que vulgarmente se conoce como "salvapájaros", que no es otra cosa que balizas dispuestas sobre los cables cada cierta distancia para hacer que resulten más visibles a las aves y tratar de evitar que choquen contra ellos. El modelo de baliza por el que nos decantamos es el más avanzado del mercado y que actualmente se considera que tiene una mejor efectividad, si bien en nuestro país su utilización todavía ha sido bastante escasa y en este sentido podemos considerarnos pioneros por su uso en la corrección de un tendido privado.
Se trata de "salvapájaros" giratorios, cuyo principio de funcionamiento consiste en que por tener capacidad de movimiento y por estar dotados de material reflectante producen destellos con cualquier luminosidad que incida sobre ellos. Esto no solo incrementa su visibilidad en condiciones normales sino que también facilita que puedan ser percibidos en situaciones que reducen el campo visual (como niebla o lluvia) y contribuyen asimismo a la protección de aves con hábitos nocturnos.
En el siguiente vídeo podéis comprobar el efecto de esos "salvapájaros" una vez instalado gracias a la actuación que os estamos contando:
La colaboración da sus frutos
En total hemos actuado con medidas anti-electrocución sobre once apoyos (postes o torretas) muy peligrosos para las aves y se han colocado 35 balizas "salvapájaros" de última generación. Todo ello además viene a dar continuidad a las mejoras que ya habían sido iniciadas por la propiedad, que a finales de 2019 adoptó medidas anti-electrocución en otros seis apoyos de esa misma línea y medidas anticolisión en cinc vanos.
Quedaba demostrado una vez más que la acción combinada entre particulares, empresas, Administración y ONG daba el mejor de los resultados. La prueba indudable de ese éxito no será otra que los buitres negros y buitres leonados, milanos reales y milanos negros que podremos seguir viendo volar por la zona, sin temor al riesgo de electrocución o colisión que hemos eliminado gracias a esta intervención. Son estos gestos que salvan animales y recuperan especies los que dan sentido a nuestra labor.
Más sobre AQUILA a-LIFE
El proyecto AQUILA a-LIFE (LIFE16 NAT/ES/000235), financiado por la Unión Europea, quiere contribuir a aumentar la extensión de la presencia del águila de Bonelli en el Mediterráneo occidental e invertir su tendencia poblacional regresiva. Para ello se contempla la liberación de ejemplares en España e Italia (Cerdeña), así como abordar las principales amenazas actuales para el águila de Bonelli, con especial dedicación a prevenir y reducir las electrocuciones.
El proyecto AQUILA a-LIFE, que estará operativo hasta septiembre de 2022, está coordinado por GREFA y también participan como socios la Diputación Foral de Álava, la Fundació Natura Parc (Mallorca), Gestión Ambiental de Navarra-Gobierno de Navarra, ISPRA (Italia) y LPO/BirdLife (Francia). Más información, en http://aquila-a-life.org
YA FUE NOTICIA
Un centenar de apoyos eléctricos son corregidos en una zona sensible para el águila de Bonelli en la Comunidad de Madrid
https://www.grefa.org/component/content/article/67-proyectos/red-boneli/reforzamiento-del-aguila-azor-perdicera-en-la-comunidad-de-madrid/noticias/3616-un-centenar-de-apoyos-electricos-son-corregidos-en-una-zona-sensible-para-el-aguila-de-bonelli-en-la-comunidad-de-madrid
AQUILA a-LIFE logra que más de 1.200 postes eléctricos dejen de ser mortales para el águila de Bonelli
https://aquila-a-life.org/index.php/es/area-de-prensa/prensa/notas-de-prensa/314-nota-de-prensa-aquila-a-life-logra-que-mas-de-1-200-postes-electricos-dejen-de-ser-mortales-para-el-aguila-de-bonelli