Actualmente la gestión de la fauna y los espacios naturales es competencia exclusiva de las comunidades autónomas. Es cierto que está forma de gestión ha favorecido notablemente a la fauna con la creación de parques regionales y medidas de protección adecuadas a cada región pero también tiene sus inconvenientes
.Diferentes administraciones y legislaciones dificultan la gestión de permisos y la coordinación entre los agentes forestales y los grupos conservacionistas.
Sirva el ejemplo de Moro, águila imperial de ya más de un año de edad, que ha establecido su área de campeo entre la Comunidad de Madrid y Castilla la Mancha creando una paradoja a nivel administrativo.