Candela, con 3 años de edad, ha iniciado su primera reproducción en la temporada de 2015. Esta hembra nació en 2012, siendo uno de los tres primeros pollos que consiguió sacar adelante Susana, la hembra de águila imperial que nos es tan querida y de la que tanto os hemos venido informando en los últimos años.
Como recordaréis, Susana ingresó en nuestro Hospital de Fauna Salvaje en 2008 debido a una electrocución, recién emancipada de sus padres. Tras cerca de un año de rehabilitación, donde los tratamientos de fisioterapia fueron decisivos en su recuperación, Susana pudo ser liberada en la primavera de 2009 al sur de la Comunidad de Madrid, cerca de la provincia de Toledo. Tras un primer intento fallido de reproducción en 2011, logró al año siguiente criar con éxito por primera vez, ya en tierras toledanas, dándonos la satisfacción de poder marcar con emisor GPS a sus tres pollos: Moro, Aljama y Candela.
Aljama perdió el emisor tras poco más de un año, aunque en la actualidad sabemos que sigue viva y fijada en un buen territorio donde es posible que esté criando muy cerca del territorio de su madre. Sin embargo, Moro y Candela aún portan su emisor activo y continúan mostrándonos sus quehaceres y devenires. Por eso hace un par de meses pudimos observar con detenimiento a Moro cazando en unos cultivos, exhibiendo su plumaje de damero pajizo, típico de ejemplares de su edad.
En enero de 2015 nuestro equipo de seguimiento observó que el número de localizaciones GPS que aportaba el emisor de Candela se intensificaba en una zona cercana a un curso de agua en la provincia de Toledo, área que frecuentaba desde el principio de su dispersión en otoño del año de su nacimiento. Dos de nuestros compañeros se desplazaron hasta el lugar, observando rápidamente al animal en vuelo que, sin embargo, parecía aún no haberse asentado en un territorio. Y desde hace unas semanas, de nuevo los movimientos de Candela parecían centrarse en un árbol… ¿Era su dormidero o estaría Candela comenzado a incubar por primera vez?
Cuál fue nuestra sorpresa cuando encontramos el nido en un precioso fresno junto a la ribera, justo en el punto que marcaban las localizaciones. Sin embargo, estaba vacío. Tras media hora, cuando ya pensábamos en retirarnos asumiendo un posible intento reproductor sin éxito de Candela, esta joven y hermosa hembra, con un plumaje más característico de damero avanzado, nos deleitó entrando al nido y colocándose suavemente en el cuenco para comenzar a incubar sus primeros huevos.
Han pasado ya tres semanas desde que Candela comenzó a incubar. Puede que este año no logre criar con éxito, o quizás sí… Pero el hecho de que inicie la reproducción a una temprana edad es sin duda un síntoma de la condición óptima del animal y un éxito más en esta historia familiar. Sobre Susana, la hembra con la que empezó todo, os informaremos en breve, ya que esta año no ha conseguido rematar la reproducción con éxito debido a sus andanzas por territorios ajenos y árboles peligrosos poco consistentes. Pero esta es otra historia...