La experiencia adquirida con la incubación artificial y crianza durante los primeros días de edad de Pablo, nuestro joven buitre negro nacido en 2014, animó al equipo de cría en cautividad de GREFA a poner en práctica durante la temporada de 2015 el mismo protocolo que tan buenos resultados dio el año pasado. Esta vez, la pareja que se ha reproducido son los padres de Obaga y Pau (ejemplares también nacidos en nuestro centro de cría y que fueron liberados en su día en el proyecto pirenaico de reintroducción de esta especie en el que estamos involucrados).
Esta pareja reproductora conseguía reproducirse de manera natural pero irregular en nuestras instalaciones, fracasando a veces durante la incubación (2014) o durante la crianza (2013, 2011). Pero hoy mismo, mediante la misma técnica de incubación artificial que habíamos empleado el año pasado con Pablo, ha nacido un nuevo buitre negro, para escribir así una esperanzadora página más en la historia de nuestras instalaciones de cría en cautividad.
El nuevo pollo ha pesado algo más de 165 gramos y, a las pocas horas, ya demandaba su primera ceba. Comparte instalación con el creciente número de cernícalos primilla que también eclosionan en estas fechas en nuestro centro. Pero queda aún mucho camino por delante: Tras transferirlo en unos días a sus padres (que incuban en la actualidad un huevo de escayola), tendrá que desarrollarse hasta cumplir unos 75 días de edad, momento en el cual podrá ser trasladado al hacking desde donde será liberado en la zona de reintroducción de Pirineos (Boumort-Alinyà).
La incubación artificial durante gran parte del desarrollo embrionario, así como los cuidados neonatales durante la primera semana de vida han demostrado, en numerosas especies de rapaces asegurar en gran medida la eclosión y la supervivencia temprana. Un éxito que nos ha alegrado el día y que nos ha traído al mundo un nuevo pollo de buitre negro en el que, una vez más, ponemos todas nuestras esperanzas.