Hoy se cumple justo un mes del fallecimiento a los 77 años de edad de Jesús Garzón Heydt, nuestro buen amigo Suso. Quien es toda una leyenda no sólo en nuestro país sino en el resto de Europa, por su labor pionera en dar a conocer y defender lo más selecto de las especies y hábitats de la España mediterránea, tuvo también una relación de amistad y colaboración con GREFA que recordamos con emoción y orgullo.
En los años sesenta y setenta del pasado siglo, cuando en España estaba casi todo por hacer en materia de conservación de la naturaleza, Suso ya despuntaba como esa figura inspiradora del colectivo conservacionista en nuestro país en la que se acabaría convirtiendo, reconocida y admirada además en el resto de Europa. A su perfil naturalista, que le llevó a recorrer y documentar los tesoros naturales de lugares tan emblemáticos y por entonces desconocidos como el actual Parque Nacional de Monfragüe, se une su activismo, que le hizo codearse, entablar amistad y colaborar con mitos como Félix, Valverde, Castroviejo o González Bernáldez.
Esta doble condición de naturalista y ecologista, que derivó por ejemplo en que se convirtiera en el "salvador" de Monfragüe y sus buites negros al ser su contribución decisiva para frenar los proyectos destructivos que amenazaban este santuario natural e iniciar la senda de su protección legal, estaba también en total sintonía con el espíritu con el que se fundó y echó a andar GREFA en los años ochenta.
De hecho, Suso nos inspiró personalmente en multitud de ocasiones, con motivo de cualquier acontecimiento que reuniese a estudiosos y defensores de la fauna salvaje y sus hábitats, como por ejemplo aquel inolvidable I Congreso Internacional sobre Aves Carroñeras organizado por Aedenat-CODA en 1990 en Priego (Cuenca). Durante los años en los que fue director general de Medio Natural de la Junta de Extremadura entre 1984 y 1987 Suso nos permitió trabajar con muchas especies amenazadas desde el histórico centro de recuperación de fauna de "Las Cansinas", epicentro en aquel momento de Monfragüe, desde donde luchábamos para que la amenaza de los tendidos eléctricos y otras agresiones al por entonces parque natural no se hicieran realidad.
Retrato de nuestro buen amigo Suso. Foto: Trashumancia y Naturaleza.
Unidos por una misma causa
Suso nos brindó toda su colaboración y complicidad en las acciones que desde GREFA promovíamos, o en las que participábamos, destinadas al seguimiento y defensa de la biodiversidad de espacios naturales hoy emblemáticos, como Cabañeros y Anchuras. Siempre defendió los proyectos que poníamos en marcha y no fueron pocas las veces que visitó nuestro hospital de fauna salvaje e incluso se acercó a las zonas donde trabajábamos, como por ejemplo los puntos neurálgicos del trabajo de recuperación del buitre negro que emprendimos en Boumort (Prepirineo catalán) y la Sierra de la Demanda.
Hoy recordamos con emoción y agradecimiento cómo Suso facilitó a GREFA nuestros primeros contactos con expertos europeos en rapaces de la talla de Michel Terrasse, algo que nos sirvió de gran ayuda para alcanzar la proyección internacional que nuestra organización alcanzaría de la mano los proyectos que hemos desarrollado en países como Francia, Italia o Bulgaria.
Naturalista, ecologista y pastor trashumante
En los años noventa Suso, en vez de conformarse con el prestigio ya ganado como defensor de la naturaleza, vuelve a implicarse en cuerpo y alma en un nuevo proyecto en el que volvió a ser pionero, el de la promoción de la trashumancia y la recuperación de las vías pecuarias utilizadas por los rebaños trashumantes. Precisamente pocos días antes de que falleciese Suso, la trashumancia era reconocida por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, algo en lo que ha tenido mucho que ver la labor previa de nuestro gran amigo y valedor.
Durante varios años tuvimos el honor de acoger en nuestra sede del Monte del Pilar de Majadahonda a Suso y su cuadrilla de pastores y colaboradores, junto a sus rebaño de ovejas y cabras, en los días previos a su anual entrada "triunfal" en las calles de Madrid capital.
Todos los equipos de profesionales y voluntarios que formamos GREFA hemos lamentado mucho la pérdida de Jesús Garzon Heydt, pero también sabemos que su legado y su ejemplo nos motivan a no bajar nunca los brazos en favor de la naturaleza.
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