En España tenemos más de mil especies de abejas. De todas ellas solo se habla de la abeja melífera, esa que nos endulza la vida con su preciada miel y que es cuidada por los apicultores. Pero ¿qué ocurre con las restantes especies? Casi nadie se acuerda de ellas... Así que hoy, en el Día Mundial de las Abejas, vamos a hablaros de estas amigas “invisibles” y de lo que hacemos desde GREFA para ayudar a su conservación.
El papel fundamental de las abejas como agentes polinizadores es hoy en día un hecho innegable y por todo el mundo reconocido. Pero lo que mucha gente desconoce es la sorprendente diversidad de abejas silvestres que tenemos en España. Entre ellas hay especies solitarias (la mayoría) y otras que forman colonias con más de cincuenta obreras (nada que ver con las abejas melíferas, que pueden tener 70.000 obreras en una sola colmena).
Hay abejas silvestres que hacen sus nidos con barro, otras con cera e incluso con hojas de vegetales cortadas y transportadas por ellas mismas. Algunas se alimentan del polen y el néctar que recolectan de multitud de especies de plantas, otras dependen exclusivamente de una especie de flor (monolécticas) o incluso las hay que roban este alimento a otras abejas (cleptoparásitas). Las hay minúsculas, de solo unos pocos milímetros, y las hay que intimidan con sus tres centímetros de longitud. Algunas especies viven en madera muerta, otras en los tallos huecos de un cardo, las hay que ocupan la madriguera abandonada de un conejo o un ratón e incluso muchas de ellas utilizan galerías subterráneas como si fueran auténticas mineras.
Si toda esta diversidad maravillosa aún no nos parece motivo suficiente para cuidar y proteger a las abejas silvestres, no debemos olvidar que son las responsables de la polinización de miles de especies de plantas y que contribuyen de manera importante a la economía y a la producción de alimentos (si nos centramos en la agricultura, en la Unión Europea el 84% de los cultivos depende, al menos en parte, de los polinizadores).
¿Qué les pasa a las abejas silvestres?
Son numerosos los problemas que hacen que muchas especies de abejas silvestres se encuentren en regresión, pero hay dos que destacan por encima del resto, el uso de los fitosanitarios (herbicidas e insecticidas fundamentalmente) y la pérdida de hábitat.
En el primero de los casos, además del mal empleo de esos productos que puedan hacer algunas personas, es especialmente contraproducente su aplicación “por calendario” o de manera sistematizada, es decir, que se usan de manera preventiva y sencillamente “porque es lo que toca”. Los insecticidas son herramientas profesionales que solo deben ser utilizadas cuando sea estrictamente necesario y cuando otras medidas de manejo, como por ejemplo los métodos de control biológico, hayan fracasado. Nunca se deben emplear “por si acaso…”.
En segundo lugar, tenemos la pérdida de hábitat que viene aparejada a la simplificación del paisaje agrícola. Por desgracia hemos perdido las linderas con vegetación, los setos, los prados, los bodones y abrevaderos naturales y, en general, cualquier elemento del paisaje capaz de albergar flora autóctona, lo que conlleva la pérdida de alimento y de refugio para nuestras abejas silvestres.
¿Qué estamos haciendo por ellas?
La aportación de GREFA al conocimiento y la conservación de las abejas silvestres ha tenido un punto de inflexión con nuestra Parcela Agraria Demostrativa "Las Pozas", en Villalar de los Comuneros (Valladolid), donde vamos implantando diferentes cultivos con sus medidas asociadas de fomento de la biodiversidad en entornos agrarios.
Desde hace algunos meses contamos con la colaboración de Carlos Fernández Álvarez y su profesor del Máster en Biología y Conservación de la Biodiversidad, Félix Torres, de la Universidad de Salamanca. Con ellos hemos iniciado el estudio “Biología nidificadora y comportamiento polinizador de especies de abejas con interés potencial en una parcela agrícola con bandas multifuncionales de vegetación”. Este trabajo plantea conocer la biodiversidad de polinizadores himenópteros presentes en zonas donde la influencia de la presión agrícola es un factor a tener en cuenta.
Gracias a este estudio se podrá analizar y comparar la biodiversidad presente en campos con una alta intensificación agrícola y en otras zonas con un manejo más amigable hacia estos organismos. La técnica de obtención de datos es una recolección mediante manga entomológica durante los meses de febrero a julio (ambos incluidos) y un posterior análisis de identificación de especies. Estos resultados podrán ser un pilar hacia proyectos relacionados con los polinizadores, con el fin de que poco a poco el conocimiento de la importancia de mejorar el manejo hacia unas técnicas más sostenibles ayude tanto a la biodiversidad como al ser humano a obtener mejoras en la producción.
Más información
Web de la ONU sobre el Día Mundial de las Abejas
https://www.un.org/es/observances/bee-day
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GREFA celebra el Día Mundial de las Abejas con la conservación de los polinizadores como meta
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