A nadie le sorprende hoy en día ver halcones peregrinos sobrevolando las pistas de un aeropuerto para ahuyentar a las aves que puedan provocar incidentes durante el despegue o aterrizaje de aviones. Pero este animal de cetrería puede llegar a convertirse incluso en un centinela de los cielos de las ciudades.
La ONG Grefa Córdoba lleva a cabo un proyecto con halcones peregrinos para acabar con uno de los problemas que hoy en día más preocupan en los cascos históricos: las plagas de palomas y sus consecuentes excrementos.
Según explica el portavoz de Grefa Córdoba, José María Ayala, las palomas que habitan en el entorno de la Mezquita han deteriorado seriamente el patrimonio arquitectónico. Monumentos y edificios se ven llenos de excrementos que no hacen sino dañar años de historia de la ciudad. Y ya no sólo el problema radica en la suciedad y en el deterioro del patrimonio. Las palomas con sus nidos obstruyen las salidas de los canalones de las aguas pluviales creando atascos e inundaciones.
Por ello, la solución que esta ONG plantea es la incorporación al casco histórico de una pareja de halcones peregrinos que controle la población de palomas. El proyecto que ya ha contado con el visto bueno de muchas instituciones, como el Ayuntamiento, la Universidad de Córdoba, la Federación Andaluza de Caza o el Obispado, propietario de la Mezquita Catedral de Córdoba, se pondrá en marcha la próxima primavera.
En un primer momento se introducirán seis pollos de halcón peregrino en un hacking o nido artificial, que se instalará en una de las cubiertas y contrafuertes de la Mezquita Catedral, junto al crucero. Por el entramado de terrazas que en la cubierta confluyen y por su orientación al este, Grefa ha pensado que este es el lugar idóneo para la colocación del nido artificial.
Los polluelos, previamente marcados con una anilla para su identificación, llegarían al hacking con una edad de 25 días. Durante unos meses serán alimentados artificialmente por una trampilla con cristal de doble espejo, de manera que los halcones nunca verán a sus criadores. Lo que se pretende, cuenta Ayala, es crear la misma técnica que hacen las madres con ellos, salir a cazar y dejarles la presa en el nido.
Una vez que los halcones hayan alcanzado su madurez, ya estarán preparados para cazar solos. Ayala estima que el consumo de un halcón peregrino es de una paloma diaria. Y ya no sólo servirá para que disminuya el número de palomas, sino también para ahuyentarlas del casco histórico, ya que la sola presencia del halcón sobrevolando el entorno de la Mezquita provocará el éxodo de muchas palomas que a día de hoy anidan sin la amenaza de ningún predador.
Una paloma excreta 14 kilos al año. Además cada pareja tiene 6 puestas de huevos al año de la que nace una media de 18 polluelos.
También se colocarán sucesivamente hackings en otros edificios altos de la capital, como el silo de Noreña, el edificio del reloj de la plaza de las Tendillas, en la ciudad sanitaria de Reina Sofía o la Torre Circular de Agrónomos.
Fuente: www.elmundo.es
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