Tres águilas de Bonelli han sido reintroducidas hoy y otra se reintrodujo el pasado 30 de mayo gracias al proyecto LIFE Bonelli, en una zona ZEPA de la Sierra Oeste de Madrid. Dos de ellas han nacido en el centro de fauna silvestre que GREFA tiene en Majadahonda (Madrid) y las otras dos han sido cedidas por la Junta de Andalucía.
4 de junio de 2014 / Cuatro pollos de águila de Bonelli han sido reintroducidos por la asociación naturalista GREFA en un espacio protegido de la Sierra Oeste de Madrid donde esta especie amenazada dejó de reproducirse hace décadas: la ZEPA nº 56 (Encinares de los ríos Cofio y Alberche), incluida en la Red Natura 2000. Esta reintroducción es una de las previstas en LIFE Bonelli, el proyecto subvencionado por la Unión Europea que está ayudando a que se recupere la población española del águila de Bonelli (Aquila fasciata), una de las rapaces más amenazadas de Europa, en territorios que históricamente ocupó (1).
Tres de estos pollos han sido reintroducidos hoy mismo y un cuarto se reintrodujo el pasado 30 de mayo. Dos de ellos han nacido en el Centro de Recuperación y Hospital de Fauna que GREFA tiene en Majadahonda (Madrid), desde donde desarrolla un programa de cría en cautividad de aves rapaces amenazadas. Los otros dos proceden de la población silvestre de la especie en Andalucía Oriental, concretamente del suroeste de la provincia de Jaén. La Junta de Andalucía autoriza que algunos pollos de águila de Bonelli con riesgo de no prosperar –por ser los hermanos pequeños de nidos con antecedentes de fracaso o por estar parasitados por Trichomonas– se utilicen como contribución solidaria para la creación de nuevas poblaciones de la especie en otras comunidades autónomas.
Las aves, de unos cincuenta días de edad, no han sido liberadas directamente, sino que han sido emplazadas en un nido artificial, siguiendo el protocolo del método hacking (crianza campestre), habitual en las reintroducciones de aves rapaces. Estos ejemplares pasarán un periodo de varios días en esta instalación hasta que sean capaces de volar, con lo que se pretende facilitar su aclimatación y apego a la zona en la que van a ser liberados. Ademas, se les ha colocado emisores satelitales y con tecnología GPS/GSM, lo que facilitará su seguimiento una vez que hayan emprendido la vida en libertad.
En las próximas semanas, dos nuevas águilas de Bonelli serán metidas en el nido artificial hoy ocupado por los cuatro ejemplares ya reintroducidos. Esta actuación es un ejemplo de cómo LIFE Bonelli favorece la creación o el reforzamiento de poblaciones de la especie mediante la liberación de ejemplares. Gracias a este proyecto, ya se han soltado águilas de Bonelli en la Comunidad de Madrid, Navarra y Baleares.
La amenaza de los tendidos, aún vigente
En el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres de la Comunidad de Madrid el águila de Bonelli, también conocida como águila perdicera, aparece en la categoría de “En peligro de extinción”, al mismo nivel que la emblemática águila imperial ibérica. Tres parejas de águila de Bonelli viven actualmente en la región, una en el Monte de El Pardo, otra en la zona de Alcalá de Henares y una tercera en el valle del Tajo, aunque esta última nidifica en la provincia de Toledo. “A pesar de la precariedad de esta población madrileña, la atención que se le presta es insuficiente para garantizar su conservación”, advierte Ernesto Álvarez, presidente de GREFA, que señala a los tendidos eléctricos como principal causa de mortalidad de la rapaz.
A pesar del esfuerzo realizado estos años atrás para reducir esta mortandad, siguen electrocutándose águilas de Bonelli y otras rapaces incluso en tendidos que fueron intervenidos en el pasado para minimizar su impacto en las aves. “El seguimiento por satélite de las águilas de Bonelli liberadas en la Comunidad de Madrid nos ha permitido descubrir que muchas de esas medidas correctoras se aplicaron mal para esta especie o ya han caducado”, advierte Álvarez, que revela que las aves están muriendo por esta causa hasta en zonas con protección legal, como es el caso de la citada ZEPA nº 56 de la Comunidad de Madrid.
“Desde GREFA hacemos un llamamiento a las administraciones estatales y autonómicas y muy especialmente a compañías eléctricas con tendidos en los que están muriendo águilas de Bonelli, como Iberdrola o Gas Natural Fenosa, cuya colaboración y esfuerzo inversor es imprescindible si queremos de verdad solucionar una de las principales amenazas que sufren muchas de nuestras especies protegidas”, concluye Álvarez.
Si quieres saber más...
(1) El reciente nacimiento de una águila de Bonelli en Mallorca, donde la especie llevaba extinguida cuatro décadas, es el principal éxito hasta la fecha de las reintroducciones de LIFE Bonelli. En el proyecto figuran como socios la Junta de Andalucía, la Comunidad de Madrid, la Diputación Foral de Álava, así como la empresa Gestión Ambiental de Navarra (Gobierno de Navarra), el Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona (GREFA), el COFIB (Govern de les Illes Balears) y la ONG francesa Ligue pour la Protection des Oiseaux (LPO/BirdLife Francia). También colaboran la Fundación Biodiversidad y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. El proyecto se inició en 2013, concluirá en 2017 y cuenta con un presupuesto total de dos millones de euros. Toda la información sobre LIFE Bonelli se recoge en la web www.lifebonelli.org.
LIFE12 NAT/ES/000701