El descubrimiento de nuevos cadáveres de buitres negros y leonados se añade a los seis buitres negros encontrados muertos el pasado verano cerca del Centro de Tratamiento de Residuos Ávila Norte y a otras dos posibles intoxicaciones de esta misma especie por esas mismas fechas. El Programa Antídoto insta a la Junta de Castilla y León y al Consorcio de Residuos de la Zona Norte de Ávila a que informen de las causas de la alta mortalidad de buitres en este vertedero y a que tomen medidas urgentes.
3 de noviembre de 2015, Madrid. Miembros del Colectivo Azálvaro han localizado en los últimos días los restos de huesos, patas y alas de dos buitres negros y dos buitres leonados en las inmediaciones del Centro de Tratamiento de Residuos (CTR) Ávila Norte, habiéndose denunciado los hechos ante agentes medioambientales del Servicio Territorial de Medio Ambiente de Ávila (Junta de Castilla y León). Dado el estado de los restos seguramente sea imposible saber con certeza la causa de la muerte de estas aves, pero considerando los precedentes lo más probable es que hayan fallecido tras alimentarse en el vertedero, lo que les pudo causar alguna intoxicación, envenenamiento o enfermedad.
A mediados de julio de este mismo año la patrulla de vigilancia ambiental del Colectivo Azálvaro anunció el hallazgo de seis buitres negros en el mismo lugar, una de las mayores mortandades para la especie ocurridas en España. El hecho provocó la reacción de las ONG integrantes del Programa Antídoto, que alertaron a la opinión pública sobre el daño que para las especies necrófagas causa el citado vertedero del Consorcio de Residuos de la Zona Norte de Ávila, al tiempo que se han personado en el expediente administrativo abierto para investigar el origen de estas muertes.
Pocos días después aparecieron también muertos en extrañas circunstancias dos buitres negros, un adulto marcado con emisor, así como su pollo en el propio nido, en una colonia de las estribaciones de la Sierra de Guadarrama en Castilla y León. El adulto había visitado pocos días antes el vertedero.
Tres meses después de aquellos gravísimos hechos estamos ante un nuevo suceso de alta mortalidad, mientras se sigue a la espera de los resultados de las necropsias y analíticas encargadas por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, un retraso injustificable que debe subsanarse de inmediato mediante una información veraz y detallada de lo que está ocurriendo.
Se necesita una solución urgente
Distintas entidades y organizaciones conservacionistas llevamos tiempo denunciando la mortandad de buitres que se produce en el CTR Ávila Norte y su entorno y proponiendo medidas para eliminarla, tanto ante la Junta de Castilla y León como ante el Consorcio Provincial de Residuos de Ávila y la empresa Urbaser, contratada para la gestión del vertedero.
Es evidente la relación directa entre el sistema de gestión de los residuos en el CTR Ávila-Norte y la constante aparición de cadáveres de necrófagas en sus inmediaciones. Por ello, el Programa Antídoto exige que las autoridades ambientales castellanoleonesas y abulenses actúen con urgencia. Hace falta actuar ya y la única opción eficaz y sostenible en el tiempo es la que asegure que los buitres dejan de tener acceso a la basura del vertedero, donde cabe la posibilidad de que estén llegando animales sacrificados en centros veterinarios o eliminados en el marco de campañas de control de plagas. Estos animales pueden contener altas dosis de sustancias tóxicas utilizadas para su eliminación que terminan siendo ingeridas por los buitres de la zona, produciendo un envenenamiento.
El buitre negro y el buitre leonado son especies protegidas por la legislación ambiental, y una de las mayores afecciones que padecen es la derivada de la ingesta de productos tóxicos, plásticos y otros residuos, que les causan envenenamientos o daños en el aparato digestivo. La gestión inadecuada de los residuos es el origen de las muertes que sufren estas y otras aves protegidas en el CTR Ávila-Norte, enclavado en la comarca abulense de Campo Azálvaro, con una importante presencia de aves necrófagas y que forma parte de la Red Natura 2000.
¿Qué es el Programa Antídoto?
El Programa Antídoto, surgido en 1997 de una alianza de asociaciones ecologistas y conservacionistas que persigue que se erradique de nuestros campos el uso de venenos y tóxicos que afectan a la fauna silvestre, está formado por las siguientes nueve organizaciones, entre las que se encuentran las más representativas del movimiento conservacionista español: Ecologistas en Acción, WWF, SEO/BirdLife, Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS), Fundación Oso Pardo (FOP), Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ), Grupo para la Recuperación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA), Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos (SECEM) y Asociación Veterinaria para la Atención a la Fauna Exótica y Silvestre (AVAFES Canarias).
A las demandas de estas organizaciones se han unido asociaciones conservacionistas de Castilla y León, como ACENVA (Valladolid), la Asociación de Naturalistas Palentinos y el Colectivo Azálvaro.
MÁS INFORMACIÓN
La legislación que regula la responsabilidad medioambiental prevé la obligación de las autoridades públicas, en este caso la Junta de Castilla y León a través del Servicio Territorial de Medio Ambiente de Ávila, así como del Consorcio de Residuos de la Zona Norte de Ávila como titular de la instalación, de velar por la adecuación a las exigencias legales, la sostenibilidad medioambiental y la correcta prevención de riesgos ambientales, de la explotación y gestión de instalaciones contaminantes sujetas a autorización, caso del CTR Ávila Norte.
Por su parte, la empresa beneficiaria de la adjudicación de la gestión, Urbaser, es la responsable directa de los daños ambientales causados a las especies de fauna por el funcionamiento del vertedero, y está obligada a adoptar de modo prioritario y urgente, por propia iniciativa o después de ser formalmente requerida, todas las medidas que sean necesarias para evitar la producción de nuevos daños, implementando las correcciones apropiadas para hacer imposible el acceso de las aves a los residuos.