20 de diciembre de 2016 / Ante la reciente aprobación por la Junta de Castilla y León del uso de un veneno tan extremadamente peligroso como la bromadiolona, las ONG que forman el Programa Antídoto muestran su total desacuerdo y reclaman el uso de técnicas alternativas, como el control biológico del topillo a través de depredadores naturales de roedores.
El Programa Antídoto, que engloba a nueve organizaciones dedicadas a la conservación de la naturaleza, muestra su oposición a la decisión de la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León de autorizar el uso de bromadiolona y recuerdan que esta sustancia, que se ha venido utilizando como veneno para el topillo campesino en la región, ha sido excluida del registro oficial de productos fitosanitarios del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA).
Sin embargo, la Junta de Castilla y León ha conseguido del MAPAMA su utilización por la vía de la excepcionalidad, lo que supone continuar y profundizar en el grave deterioro y desequilibrio de los sistemas agrícolas afectados.
La bromadiolona es un veneno rodenticida muy persistente en el medio natural: transcurridos más de trescientos días desde su ingesta por un roedor, la concentración en su organismo solo se reduce a la mitad. Este hecho ocasiona una cadena de envenenamientos en los depredadores de roedores, como es el caso del milano real, especie catalogada en España como “En peligro” y cuya principal población invernante mundial se encuentra en Castilla y León.
De hecho, se ha comprobado una notable disminución de las poblaciones reproductoras de milano real en zonas tratadas con rodenticida, mientras que en las comarcas donde no se ha empleado veneno en el pasado los efectivos de la especie crecen.
Sin medidas alternativas
Las nueve entidades que forman parte del Programa Antídoto -centrado en la lucha contra el envenenamiento en el medio natural- recuerdan a Milagros Marcos, consejera de Agricultura y Ganadería la Junta de Castilla y León y a Juan Carlos Suárez-Quiñones, consejero de Fomento y Medio Ambiente del mismo Gobierno regional, que buena parte de los problemas actuales con los roedores agrícolas podrían solucionarse con las técnicas alternativas.
Sin embargo, estas medidas apenas se están aplicando. Ni se ha dado prioridad a la lucha biológica, es decir, a fomentar los depredadores naturales de los roedores y sus hábitats para que las poblaciones de los primeros sean más estables y abundantes, ni se están utilizando técnicas de manejo de cultivos como el labrado de las alfalfas que superen los umbrales de riesgo y otras.
El Programa Antídoto subraya que la normativa impone que para que puedan emplearse los rodenticidas es preciso que se hayan puesto en marcha otras medidas no químicas y, además, han de haberse superado los umbrales poblacionales de tratamiento para el topillo. En este momento, se desconocen los umbrales anualmente medidos y seguidos por zonas geográficas en Castilla y León, así como la eficacia de las medidas adoptadas.
Umbrales y medidas que, por imperativo legal, debían haber sido comunicadas al MAPAMA anualmente, desde que en 2007 se hizo la declaración de plaga, sin que así se haya hecho. La Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León no ha contestado a las solicitudes de información de las ONG que han solicitado reiteradamente estos datos.
Por otro lado, las ONG recuerdan que ya en la plaga de 2007 los estudios confirmaron que las poblaciones de topillos decayeron igualmente y en iguales periodos de tiempo en las zonas tratadas con rodenticidas que en las no tratadas. Lo que se ha repetido en situaciones posteriores, al menos en 2011 y 2014.
¿Qué es el Programa Antídoto?
El Programa Antídoto está formado por nueve organizaciones: Ecologistas en Acción, WWF España, SEO/BirdLife, Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS), Fundación Oso Pardo (FOP), Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ), Grupo para la Recuperación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA), Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos (SECEM) y Asociación Veterinaria para la Atención a la Fauna Exótica y Silvestre (AVAFES Canarias).