23 de abril de 2013
Un total de 3.400 animales salvajes ingresaron en 2012 en nuestro Centro de Recuperación y Hospital de Fauna Silvestre (Majadahonda, Madrid). De ellos, nuestro personal y voluntarios consiguieron recuperar y liberar a 1.683 ejemplares de más de ochenta especies diferentes. Además, 370 animales nacieron en estas instalaciones el año pasado, muchos destinados a ser liberados en programas de reintroducción o reforzamiento de poblaciones de especies amenazadas.
Como cada año tras la llegada de la primavera, el Centro de Recuperación y Hospital de Fauna Silvestre que la asociación GREFA tiene en Majadahonda (Madrid) hace balance de los resultados obtenidos en la temporada anterior. En 2012, un total de 3.400 animales heridos o enfermos (es decir, casi 10 ejemplares al día) ingresaron en estas instalaciones para ser atendidos de las más diversas lesiones o patologías. Esos ingresos muestran un amplio abanico de amenazas de las que son víctimas nuestras especies (venenos, cazadores desaprensivos, atropellos, trampas, expolios, desnutrición o transformaciones del entorno, entre otras).
Muchos de los animales salvajes que ingresan en el centro de GREFA son traídos por los servicios de recogida de esta ONG previo aviso, para lo cual es fundamental la colaboración de la Guardia Civil, la Policía Municipal y numerosas clínicas veterinarias. Pero también a menudo son llevados al propio hospital por particulares que se los encuentran, en un gesto que refleja el grado de sensibilización ciudadana.
La prioridad es devolver a su hábitat natural a esta fauna, una vez que vuelven a alcanzar las condiciones idóneas para la vida en libertad. Durante 2012, el equipo de veterinarios y rehabilitadores de GREFA, con la colaboración de un amplio elenco de voluntarios, consiguió recuperar y liberar a 1.683 ejemplares pertenecientes a más de ochenta especies diferentes. Las cinco con más liberaciones fueron el cernícalo primilla (308), el vencejo común (242), el ánade real (166), el galápago leproso (105) y la cigüeña blanca (75).
Otras líneas de trabajo desarrolladas en este Centro de Recuperación y Hospital de Fauna Silvestre también han tenido resultados relevantes en beneficio de la biodiversidad. Una de ellas es la cría en cautividad: 370 animales nacieron en estas instalaciones en 2012, muchos de ellos destinados a ser liberados en programas de reintroducción o reforzamiento de poblaciones silvestres de especies amenazadas.
El seguimiento en plena naturaleza de fauna de especial interés científico o conservacionista supuso el marcaje con emisores satelitales, durante el año pasado, de casi treinta aves rapaces amenazadas (9 águilas perdiceras, 6 buitres negros, 5 águilas reales, 5 águilas imperiales y 2 milanos reales). En los últimos diez años, los biólogos, naturalistas y voluntarios que integran el equipo de seguimiento de GREFA han seguido el rastro de más de 150 aves, gracias a la señal emitida por los emisores que portaban.
Más de treinta años de actividad
En una época en la que los recortes presupuestarios están suponiendo una gran merma en las plantillas de personal especializado y en el material necesario en los centros de recuperación de fauna silvestre dependientes de las administraciones, GREFA ha logrado mantener casi intacto su equipo humano, recursos e instalaciones en un ejemplo de cómo las ONG están optimizando costes y alcanzando objetivos, asumiendo funciones esenciales destinadas a la conservación de especies y hábitats.
Fruto de ello han sido recientes éxitos como la reintroducción del buitre negro en Cataluña, donde la especie llevaba cien años extinguida, con una incipiente población reproductora en el Pirineo de Lleida, o la creación de colonias para el cernícalo primilla mediante una red de edificaciones (“primillares”) especialmente diseñada y construida para la reproducción de la especie, que acoge ya a casi el 25% de los efectivos de esta rapaz en la Comunidad de Madrid.
En sus más de treinta años de actividad continuada, GREFA se ha consolidado como una referencia en la recuperación y el seguimiento de la fauna autóctona amenazada en un buen número de comunidades autónomas, una línea de trabajo que ha traspasado fronteras gracias a proyectos cooperativos en muchos países de Europa.
“Sin embargo, la norma hoy en día es que se reduzca o eliminen muchas de las subvenciones públicas que se concedían a las ONG de conservación, todo lo contrario de lo que dicta la lógica en una época en la que la necesidad de optimizar gastos debería llevar a apostar claramente por las entidades con una trayectoria más que probada en cuanto a la conservación de la biodiversidad”, afirma Ernesto Álvarez, presidente de GREFA.