En el año 2008 tras y tras la plaga del topillo campesino del 2007, nos reunimos con el que por entonces era alcalde de Villalar, Pablo Villar. Ahí comenzó nuestra andadura con el Proyecto de Control Biológico del Topillo Campesino y a partir de ese momento comenzó también Alfonso Paz su compromiso con un proyecto que le llevó a trasladarse a tierras de Valladolid para poner en marcha el proyecto. Aquel ¨destierro¨ ha permitido que GREFA sea a fecha de hoy y transcurridos más de seis años, un referente en España en lo que a proyectos de Control biológico se refiere. Y ello gracias al tesón, el compromiso y la constancia de Alfonso con este proyecto a lo largo de más de un lustro.
Un trabajo el de Alfonso en contacto directo con las gentes afectadas por la plaga del topillo que no siempre ha resultado fácil dada la singular idiosincrasia del paisanaje castellano. Un trabajo directo con la Administración de Castilla y León que en un permanente tira y afloja ha permitido que con el paso del tiempo se busquen otras alternativas a los rodenticidas químicos para combatir al topillo. Un trabajo el suyo que ha sabido coordinarse con otras ONGs e instituciones y entidades científicas como el IREC-CSIC y diferentes universidades para hacer un frente común y que la plaga del topillo se gestione de una forma coherente con la conservación de la biodiversidad Castellana.
Un trabajo de campo hecho con exquisito rigor para mostrar y demostrar que lechuzas, cernícalos y otros predadores son un método eficaz para regular las densidades de topillos en los medios agrarios, y cuyo laboratorio en estos años han sido miles de hectáreas de Tierra de Campos en Valladolid, Palencia y Zamora.
Alfonso se traslada a Suecia llevado por las flechas de Cupido donde podrá disponer de tiempo para poner en orden todos sus datos y poder escribir su tesis doctoral. Merecido descanso para un guerrero a quien esperamos que las ¨musas vikingas¨ le inspiren y que pronto pueda volver con el merecido título de ¨DOCTOR TOPILLO¨.