Esta semana nos hemos desplazado a Castilla y León para ultimar los preparativos previos a la cercana temporada de cría de unas criaturas aliadas del agricultor que nos son muy familiares: los cernícalos vulgares y las lechuzas comunes. Estas tareas se han llevado a cabo en tres de las seis provincias castellanoleonesas en las que venimos trabajando desde hace seis años en nuestro proyecto de control biológico de plagas de topillo campesino.
Como saben nuestros amigos y seguidores, esta iniciativa pretende implantar métodos alternativos para controlar al citado roedor en zonas agrícolas donde puede llegar a causar daños, como es el fomento de la reproducción de depredadores naturales. Gracias a este proyecto, se ha instalado en los últimos años cientos de cajas nido para rapaces que cazan y consumen topillos.
El trabajo de estos días ha consistido principalmente en la reparación y reposición de algunas cajas nido que habían sufrido cierto deterioro. Esta labor ha sido realizada con la inestimable ayuda de varios voluntarios de GREFA, que han participado en la construcción de los nuevos nidos y en su posterior instalación. Aprovechamos el momento para agradecerles su ayuda e interés en este proyecto.