La campaña de seguimiento de nuestro proyecto de control biológico de plagas de topillo se encuentra en pleno auge de trabajo de campo. Estamos especialmente activos en Castilla y León, donde una vez que hemos localizado todas las cajas nido ocupadas a lo largo de estos dos últimos meses empiezan a verse los primeros pollos nacidos e incluso volantones de las dos rapaces con las que trabajamos: el cernícalo vulgar y la lechuza común. Facilitar la nidificación de estas dos "máquinas" de cazar roedores es el objetivo de nuestro proyecto, que se plantea como alternativa a otros métodos utilizados para luchar contra las plagas de topillo, como el uso masivo de rodenticidas químicos.
En nuestro seguimiento estamos viendo que las diferencias entre zonas son visibles: mientras en unas ya han llegado a su desarrollo completo algunos pollos de cernícalo vulgar, como es el caso de los municipios segovianos de de Aldea Real y Escalona del Prado o el zamorano de San Martín de Valderaduey, en otras están empezando a eclosionar las puestas de la misma especie, como en Boada de Campos y Villarramiel, en la provincia de Palencia.
La tasa de ocupación registrada es bastante buena, pese a encontrarnos en un periodo de baja densidad de topillo campesino, roedor que supone una parte importante de la dieta de cernícalos vulgares y lechuzas comunes. La lectura que extraemos es bastante interesante, pues denota cómo las oscilaciones poblacionales que sufre el topillo no llegan a impedir el asentamiento de un mínimo de parejas reproductoras de sus depredadores. En cualquier caso, la disminución de la ocupación de las cajas por parte de cernícalos vulgares y lechuzas comunes ha permitido que entren en ellas otras especies como el cernícalo primilla, el mochuelo, la grajilla, la corneja e incluso el gorrión molinero. El trabajo de campo de estos días atrás nos ha permitido hacer otras observaciones directas muy interesantes. Hemos podido detectar, por ejemplo, cómo los insectos (ortópteros y coleópteros) constituyen una dieta importantísima para el cernícalo vulgar.
Para realizar estas labores de seguimiento ocupacional, hemos contado durante esta campaña con la ayuda de varios voluntarios, que se han desplazado a diferentes puntos de Castilla y León para conocer más de cerca una de las acciones que impulsamos en esta comunidad autónoma. Escalera al hombro y cuaderno de notas en mano, nos hemos dividido en equipos para abarcar un mayor espacio en menos tiempo. Y es que 750 cajas nido son muchas cajas. Además, en la última semana hemos recibido la visita de un amigo y colaborador, investigador del CSIC, que se encuentra realizando su tesis doctoral sobre cernícalo vulgares y topillos campesinos.
En definitiva, unas interesantes semanas, en las que estamos obteniendo los frutos del trabajo realizado anteriormente. No queremos despedirnos sin mencionar el apoyo de la Diputación Provincial de Segovia, que está permitiendo registrar en Escalona del Prado y Aldea Real una excelente ocupación de los 120 nidales instalados el año pasado.