Durante el pasado mes de abril procedimos a la primera revisión de las cajas nido de lechuza y cernícalo destinadas a combatir de forma biológica la plaga del topillo campesino en Castilla y León. La ocupación que hacen ambas rapaces de los nidales que les ofrecemos son el mejor alegato en favor de nuestro proyecto alternativo al uso de venenos rodenticidas.
Son casi 2.000 las cajas nido para pequeñas rapaces colocadas en seis provincias de Castilla y León y una veintena de municipios los que han colaborado a lo largo de éstos últimos ocho años para prevenir la plaga del topillo campesino. Es la principal acción de nuestro proyecto de control biológico de este roedor, con el que intentamos restablecer las relaciones depredador-presa que desgraciadamente la intensificación agrícola y la simplificación de los medios agrarios tanto han deteriorado. No solo lechuzas y cernícalos, también mustélidos como la comadreja, se han visto especialmente perjudicados.
Tres equipos de GREFA, repartidos a lo largo de la geografía castellana, hemos visitado una a una todas las cajas nido colocadas para, en una primera revisión, conocer hasta qué punto habían sido ocupadas por las dos pequeñas rapaces especializadas en la depredación de pequeños roedores a las que intentamos favorecer. Actuando una por el día (el cernícalo) y otra por la noche (la lechuza), estos aliados incondicionales y desinteresados de los agricultores consumen centenares de topillos durante la temporada de cría y fidelizan su territorio siempre que haya presas disponibles en los cereales y las alfalfas.
La primera revisión muestra unos altos índices de ocupación, sobre todo en aquellos municipios donde el programa de control biológico está más asentado en el tiempo. Habrá que realizar dos revisiones más (a finales de mayo y mediados de junio) para valorar la productividad real y el número de pollos volados. De momento nuestros cernícalos y lechuzas siguen comiendo a diario topillos y hasta la fecha se muestran como eficaz alternativa al uso de rodenticidas químicos en nuestros campos.