Gracias al apoyo inestimable de un pequeño grupo de voluntarios que literalmente se dejaron la piel, hemos podido colocar este verano las primeras doscientas cajas nidos para pequeñas rapaces depredadoras de topillo en la comarca zamorana de Campos Pan. La buena disposición de alcaldes y agricultores de cuatro municipios ha sido clave para llevar a buen término esta acción de control biológico.
Si hay un paisaje característico de Castilla es el de las estepas cerealistas: amplias extensiones de paisaje llano o con suaves lomas, sembrados de trigo o cebada alternadas con tierras aradas que permanecen en barbecho manteniendo el régimen de rotación. En estas extensiones el sol aprieta en verano, mientras que los fríos vientos y las heladas están presentes desde finales de otoño hasta finalizar el invierno. Son casi cuatro millones de hectáreas de este paisaje, que reúne una de las comunidades de aves más singulares de la Península Ibérica: las esteparias. Y es también donde un pequeño y prolífico roedor se fue estableciendo en una fase continuada de colonización desde los años setenta del siglo pasado: el topillo campesino.
Asentado definitivamente en la meseta castellana, el topillo campesino sufre cíclicamente explosiones demográficas que afectan a los medios agrarios devorando las cosechas de cereal y otros tipos de cultivos presentes. Nuestra apuesta por combatir la plaga de este roedor desde el año 2009 se basa en potenciar la presencia de depredadores naturales y restablecer el equilibrio depredador presa con tres especies: el cenícalo vulgar, la lechuza común y el mochuelo. Para ello instalamos cajas nidos sobre postes para estas pequeñas rapaces, posibilitando así la reproducción y por ende la acción depredatoria sobre los topillos.
Más de veinte municipios de diferentes provincias de Castilla y León han visto como en sus campos “florecían” unos postes con cajas nido en unas proporciones aproximadas de cien nidales por cada mil hectáreas. En este verano del 2018 gracias al proyecto financiado por el Ministerio para la Transición Ecológica a través de Tragsatec hemos colocado doscientos de esos nidales en la comarca zamorana de Campos Pan, concretamente en los municipios de Pozoantiguo, Abezames, Malva y Fuentesecas. Bajo un calor abrasador y en compañía de unos cuantos voluntarios para quienes no tenemos adjetivos para calificar su esfuerzo y pundonor, en la primera quincena de agosto hemos completado la colocación de esas doscientas cajas nidos.
Los primeros pasos se dieron en primavera con reuniones con los alcaldes de los municipios, quienes desde el principio mostraron su apoyo al proyecto. Posteriormente diseñamos la colocación de las cajas y presentamos a los agricultores y propietarios los lugares seleccionados para obtener de ellos su conformidad. A partir de ahí solo quedó esperar a que finalizara la cosecha del cereal para trasladarnos con nuestros medios y equipos y colocar todos y cada uno de los doscientos nidales.
No podemos dejar de mencionar la buena disposición de los agricultores, así como la colaboración y dedicación prestada por Luismi, quien con su tractor y el taladro alquilado facilitó la realización de los agujeros donde van insertados los postes. Y, cómo no, nos felicitamos por el apoyo y el sudor de nuestros voluntarios Guille, Sergio, Beatriz, Sergio, Carmen, Sofía, Natalia y Sandra, a quienes queremos reiterar nuestro agradecimiento por el esfuerzo realizado en los días de más calor del verano.
Ahora queda evaluar la ocupación de las cajas en la próxima primavera por las rapaces a las que pretendemos beneficiar, realizar el seguimiento de especies "no diana", valorar las densidades de topillos en las zonas con cajas nido para comparar con las "zonas control" seleccionadas que están sin cajas, analizar la productividad, estudiar la dieta de aquellas parejas de rapaces que ocupen las cajas nido y otras acciones complementarias contempladas en este proyecto del citado ministerio y Tragsatec, que cuenta también con la colaboración del ITACYL (Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León).