A mediados del mes de febrero una cuadrilla de GREFA nos desplazamos a Tierra de Campos para recolocar unas cuantas cajas de nidificación de lechuzas y cernícalos que los diferentes temporales del invierno habían tirado.
Desarrollando el proyecto “Control biológico de la plaga del topillo” financiado por la Fundación biodiversidad estuvimos en los municipios de Boada del Campo (Palencia), Valderaduey (Zamora) y Villalar de los Comuneros (Valladolid) revisando el estado de las cajas nido para que la próxima primavera acojan con garantías la reproducción de cernícalos y lechuzas, especies que pretendemos potenciar para controlar las poblaciones del topillo campesino.
Tuvimos la oportunidad de estar con los alcaldes de Boada y Valderaduey y compartir con ellos el desarrollo del proyecto en el que ellos son uno de los principales activos por el apoyo y participación para que la lucha biológica se convierta en una alternativa real y eficaz al uso indiscriminado del veneno.
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