Nuestro compañero en GREFA Carlos Cuéllar durante su charla en Alfarrás (Lleida).
Nuestro compañero en GREFA Carlos Cuéllar durante su charla en Alfarrás (Lleida).

Alfarràs (Lleida) acogió recientemente unas jornadas sobre fruticultura ecológica. GREFA tuvo la oportunidad de participar en este evento formativo y dirigirse a un buen número de profesionales del sector agrícola. Nuestro trabajo de control biológico de las plagas de topillo o la importancia de las medidas de conservación y recuperación de los hábitats agrarios fueron asuntos que quisimos difundir en esta cita.

El creciente compromiso ambiental de buena parte del sector agrario y las administraciones públicas competentes está íntimamente relacionado con el entendimiento por su parte de la necesidad de lograr la coexistencia de la agricultura con el medio en el que se desarrollan, así como sus más que patentes implicaciones tanto para la salud pública como para el medio ambiente y la rentabilidad económica a corto y largo plazo.

Debido a lo anterior, cada vez son más los escenarios de encuentro multidisciplinares donde se ponen en común diferentes sistemas de manejo agrícola basados en el control biológico y el fomento de la biodiversidad. Así, el pasado 29 de abril tuvo lugar en Alfarràs (Lleida) la XIII Jornada de Fruticultura Ecológica, organizada por la Escola Agrària de Alfarràs con la colaboración del IRTA (Institut de Investigación y Tecnología Agroalimentaria), ambas entidades dependientes del Departamento de Acción Climática, Agricultura y Agenda Rural de la Generalitat de Cataluña.

Esta zona de Lleida se encuentra en un importante enclave agrícola donde abunda la fruta de pepita y de hueso, además del viñedo y cereales. En toda la comarca juega un papel importantísimo el regadío mediante una red de canales que conducen las aguas desde el Pirineo catalán.

Visita de campo previa

A lo largo del día previo a la formación, tuvimos la posibilidad de visitar diferentes explotaciones frutícolas de manzano en ecológico, así como una de las fincas experimentales del IRTA, donde pudimos detectar la presencia del topillo mediterráneo y los daños que provocan en algunos pies de los frutales.

Este cultivo de manzanos con una siembra experimental de rúcula en las calles para favorecer la presencia de polinizadores y otra fauna auxiliar fue una de las explotaciones de agricultura ecológica que tuvimos la ocasión de visitar en Alfarràs.Este cultivo de manzanos con una siembra experimental de rúcula en las calles para favorecer la presencia de polinizadores y otra fauna auxiliar fue una de las explotaciones de agricultura ecológica que tuvimos la ocasión de visitar en Alfarràs.

La clave está en la fauna auxiliar

La jornada presencial propiamente dicha contó con la asistencia de aproximadamente sesenta agricultores ecológicos y convencionales, así como de técnicos asesores agrarios de la zona y un amplio grupo de representantes de las entidades organizadoras del evento. Durante su desarrollo, se sucedieron diferentes intervenciones a cargo de técnicos del IRTA así como de nuestro compañero Carlos Cuéllar, quien participó en representación de GREFA.

Todas las ponencias giraron en torno a la fauna entomológica auxiliar y la gestión de las cubiertas vegetales en frutales mediante herramientas mecánicas para el desbroce y cavado, así como mediante la implantación de determinadas especies herbáceas. En este sentido, nuestro compañero hizo un repaso a los trabajos desarrollados desde GREFA en el marco del proyecto de control biológico de topillos, a través de la instalación de cajas nido para rapaces depredadoras de estos micromamíferos, entre otras medidas. También repasó las características ecológicas diferenciales entre el topillo mediterráneo y el topillo campesino, ambas especies presentes en la zona, aunque el segundo en menor medida.

En su presentación, Carlos Cuéllar hizo un especial hincapié en la importancia del intercambio y el aprendizaje de experiencias previas como las vividas en el Valle del Duero desde los años setenta hasta la fecha, con el objetivo de no repetir ahora en el Valle del Ebro los errores que se cometieron en la gestión de las plagas del pequeño mamífero roedor.

Detalle del tronco de un manzano joven roído por un topillo mediterráneo.Detalle del tronco de un manzano joven roído por un topillo mediterráneo.

El representante de GREFA también prestó especial atención a la importancia de la preservación del mosaico agrario como una medida imprescindible y complementaria al control biológico mediante la instalación de cajas nido para rapaces. Tampoco faltó un breve repaso a los riesgos a corto y medio plazo que suponen métodos de control de topillos tan dañinos ambientalmente como los rodenticidas y la quema de cunetas.

Una gran acogida

Desde GREFA no queremos dejar de mostrar nuestro gran interés en poder volver a Lleida próximamente para emprender nuevas líneas de trabajo y agradecer la calurosa acogida por parte de los miembros del IRTA y de la Escola Agrària de Alfarràs, especialmente a Georgina Alins, por todas las facilidades prestadas y su trabajo como guía en el reconocimiento de todo el territorio.

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