Un proyecto facilita que las aves rapaces vuelvan a su hábitat Su misión es sencilla: combatir a los roedores.
Cernícalos y lechuzas cazan día y noche miles de topillos en el entorno de Villalar de los Comuneros. Son el remedio natural a un desastre que ocasionó gastos millonarios a agricultores y administraciones hace 4 años, cuando estos roedores se convirtieron en plaga.
Es un proyecto de la Fundación Biodiversidad que ejecuta la Organización Grefa, que plantó su primer nido hace 3 años y ya se pueden percibir sus frutos. Casi no hay topillos en la zona.
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