A veces caemos en el error de pensar que las relaciones afectivas de los animales son sencillas y que para que se forme una pareja basta juntar un macho y una hembra. Nada más lejos de la realidad: el estrecho seguimiento que hacemos de un buen número de águilas de Bonelli en la Comunidad de Madrid y las provincias cercanas así nos lo ha demostrado. Hoy os contamos algunos casos de parejas que no cuajaron.

Si en los últimos años hemos logrado que el proyecto para salvar el águila de Bonelli en la Comunidad de Madrid avance a un ritmo constante de dos nuevas parejas por temporada, al mismo tiempo varios ejemplares de esta especie a los que seguimos han decidido también establecerse en otras provincias cercanas. En concreto, contamos ya con dos emparejamientos en Guadalajara, otros dos en Ciudad Real y uno en Toledo.

"Martineño" y "Joana" son ya la decimoprimera pareja territorial de águila de Bonelli en la Comunidad de Madrid. Pero siendo él madrileño y ella balear, ¿cómo pudieron terminar juntos? Es un relato digno de ser contado porque reúne la mayoría de ingredientes que explican el éxito de nuestro trabajo con una especie por la que tanto hemos apostado, con la colaboración de entidades como en este caso el Govern Balear.

Una vez más, la profesionalidad de nuestros equipos de veterinarios y rehabilitadores de fauna ha hecho posible que salvásemos a una joven águila de Bonelli que había ingresado en el Hospital de Fauna Salvaje de GREFA con una infección especialmente grave por tricomonas, hasta el punto de verse comprometida su supervivencia. El ave era uno de los pollos de la especie que han nacido este año en la Comunidad de Madrid.