Uno de los beneficios más gratificantes de trabajar con especies amenazadas es la posibilidad de ser testigos de escenas espectaculares de la vida privada de la fauna que seguimos y conservamos. Es el caso del águila de Bonelli y de los vídeos recientemente grabados por un colaborador y un técnico del proyecto AQUILA a-LIFE, durante los trabajos de seguimiento de GREFA en la Comunidad de Madrid.
El pasado mes de noviembre los emisores GPS de dos águilas de Bonelli del proyecto europeo AQUILA a-LIFE en la Comunidad de Madrid nos anticipaban los primeros indicios de una gran noticia. El macho, "Cotanillo" se había internado en el territorio donde "Lubrina", la hembra, llevaba un par de años instalada, y ambos daban señales de estar compartiendo vuelos y probablemente algo más.
Desde AQUILA a-LIFE seguimos firmando acuerdos con fincas privadas en favor de nuestra fauna. Los más recientes han tenido lugar en los municipios madrileños de Brunete y Sevilla la Nueva. Gracias a la colaboración de sus propietarios con GREFA, hemos actuado en apoyos de tendidos eléctricos de propiedad particular que eran peligrosos para el águila de Bonelli y otras rapaces con las correcciones necesarias.
De la mano de GREFA, del 8 al 10 del pasado octubre el proyecto europeo AQUILA a-LIFE en favor de la recuperación del águila de Bonelli estuvo presente en la cuarta edición de Ornitocyl (Feria Ornitológica de Castilla y León), que se celebra anualmente en Herradón de Pinares (Ávila). Con una conferencia técnica, una charla divulgativa y varios talleres difundimos entre los asistentes la necesidad de conservar a las rapaces.
Qué subidón de moral nos da saber que alguna de las águilas de Bonelli que reintroducimos ha logrado emparejarse. Es justo lo que le ha ocurrido a "Aldáyar", un macho que liberamos en la Comunidad de Madrid en 2017. Para redondear la buena noticia, el territorio que ha elegido está en la provincia de Ávila, donde no se tenía constancia de la formación de parejas de esta especie desde hace cuarenta años.
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