A través del seguimiento de los más de veinte pigargos europeos liberados desde 2021 en la costa oriental de Asturias, hemos podido registrar más de trescientos eventos de alimentación. El análisis de esta información confirma la importancia como presas de peces como mules (en estuarios) y carpas (en embalses), el uso de las fuentes más abundantes de alimento y la relevancia de las carroñas.
Hoy queremos hablar sobre un factor que, junto con la formación de parejas, determina la buena adaptación que están teniendo los ejemplares reintroducidos desde 2021 por el Proyecto Pigargo de GREFA en la cornisa cantábrica: la supervivencia. Hasta la fecha se han liberado 25 pigargos europeos, de los cuales sobreviven 17. Cada pérdida duele, pero una supervivencia de casi el 70% es un dato más que positivo.
Recientemente varios miembros de GREFA han participado en un congreso internacional sobre el pigargo europeo en Croacia, al que acudieron la mayoría de los países con la presencia de esta especie. Fue también la ocasión propicia para dar a conocer los actuales proyectos de reintroducción de la mayor águila europea, entre ellos el desarrollado por GREFA en España con el nombre de Proyecto Pigargo.
La intensa labor de localización de tendidos peligrosos para las aves, tanto en el entorno del área litoral de reintroducción de los pigargos liberados, entre Asturias y Cantabria, como en los embalses de la Cordillera Cantábrica donde se han asentado algunos ejemplares, se ha traducido en la corrección de más de trescientos apoyos eléctricos. La colaboración de compañías como EDP e Iberdrola ha sido fundamental.
La formación de parejas dentro de un proyecto de reintroducción es un buen parámetro para medir el grado de adaptación de la especie a su nuevo entorno. Por ello, hoy vamos a hablar sobre las parejas formadas por ejemplares liberados con las que cuenta a día de hoy el Proyecto Pigargo, iniciativa que GREFA puso en marcha en 2021 en la costa oriental asturiana con el fin de reintroducir a esta especie en España.