Con tan solo tres días diferencia, a principios de este mes de febrero se registraron los ingresos en el Hospital de Fauna Salvaje de GREFA de un ejemplar de cigüeña blanca y otro de búho real tras haber sido disparados con una escopeta de caza. Los animales, recogidos por los Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid, fueron encontrados en los municipios de Torres de la Alameda y Villarejo de Salvanés.
En el caso de la cigüeña blanca, ingresada el 1 de febrero, los Agentes Forestales madrileños encontraron el cadáver de esta ave en los márgenes de un camino rural. Los restos del animal fueron transportados en una bolsa precintada hasta nuestras instalaciones en Majadahonda (Madrid), donde nuestro personal veterinario pudo comprobar tras su radiografía los 6 perdigones que presentaba el animal repartidos por todo su cuerpo.
Entre otras, la cigüeña mostraba heridas por perdigones en la extremidad posterior izquierda, zona inguinal derecha, abdomen, pectoral, ala derecha y cuello. Para los veterinarios de GREFA el animal debió morir a consecuencia del traumatismo producido por la caída al suelo tras sufrir en vuelo el impacto de los perdigones.
Con respecto al búho real rescatado por los efectivos de los Agentes Forestales en Villarejo de Salvanés el pasado 4 de febrero, el animal presentaba igualmente una gran cantidad de lesiones, en este caso producidas por los más de 40 perdigones recibidos tras ser tiroteado –lo que indica que fue disparado a corta distancia-, como reveló también la radiografía que se le realizó antes de ser operado de urgencia por los servicios veterinarios de GREFA.
Además de las fracturas de cúbito, radio izquierdo y derecho y otras, este búho real, que tras una semana en estado crítico ha empezado a comer por sí mismo, tendrá que ser operado del ojo derecho -si recupera la capacidad de vuelo, lo cual aún es muy pronto para confirmarlo- para ser extirpado al haber recibido un perdigón. En este sentido, estas aves rapaces pueden seguir cazando con un solo ojo debido a la posición que presentan en la cabeza de este gran depredador ibérico.
Una vez más, en GREFA somos testigos, muy a nuestro pesar, de cómo algunos cazadores desaprensivos disparan contra nuestra fauna protegida, contra animales que no son especies cinegéticas. Son víctimas de individuos que descargan su armas de caza a sabiendas de que están incurriendo en un delito pero sabedores igualmente de las enormes dificultades que entraña su identificación como responsables de estos atentados contra nuestra biodiversidad.
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Ingresan en GREFA tres aves rapaces víctimas de disparos en plena época de media veda