Los días 11, 12 y 13 de noviembre se celebró en Cabeza del Buey (Badajoz) el XVI Congreso Ibérico de Aguiluchos en el que se presentaron 21 ponencias. Entre ellas se contó la que GREFA utilizó para mostrar a los asistentes el trabajo que hacemos en la comarca de La Sagra (Madrid y Toledo) para la conservación de los aguiluchos cenizos y pálidos en una zona que alberga una importante población aguiluchera.
Organizado por ANSER (Asociación Naturalista de Amigos de La Serena) y el GEA (Grupo Extremeño de Aguiluchos), el XVI Congreso Ibérico de Aguiluchos ha sido posible gracias a la colaboración de la Junta de Extremadura, la Diputación de Badajoz, el Ayuntamiento de Cabeza del Buey, el GIA (Grupo Ibérico de Aguiluchos), el Centro de Desarrollo Rural de La Serena y Red Eléctrica de España (REDEIA).
Esta importante cita conservacionista ha servido para dar un repaso exhaustivo a la situación en la que se encuentra el aguilucho cenizo en la península ibérica, además de aquellas zonas en las que se realiza el seguimiento de la población de esta ave rapaz, puesto que no en todo el territorio peninsular se llevan a cabo campañas de salvamento de sus nidos, como las que realiza GREFA en La Sagra.
En la actualizad, tanto el aguilucho cenizo como pálido se encuentran en una situación crítica debido al hecho de su dependencia de los cultivos de secano y el uso de sistemas mecanizados para la recogida de la cosecha del cereal que provoca la muerte de pollos y la desaparición de nidadas. A esto hay que sumar los efectos adversos derivados del aumento de las temperaturas originadas por el cambio climático y la implantación de proyectos de plantas fotovoltaicas que afectan a muchas de las principales zonas aguilucheras. Un conjunto de circunstancias que desde GREFA venimos denunciando de forma reiterada y cuyo conocimiento no es sino el resultado de los más de 20 años que llevamos trabajando en favor de los aguiluchos.
De todas las ponencias que se presentaron en el XVI Congreso Ibérico de Aguiluchos se extrajeron una serie de conclusiones, que son fiel reflejo del estado de conservación de los aguiluchos y la preocupación del GIA por su futuro así como el de otras muchas aves esteparias. Una situación a la que en nada ayuda que desde las Administraciones públicas responsables de la protección de esta especie no se pongan en marcha planes de recuperación o conservación para protegerlas.
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