Ya no queda nada para la primavera y eso significa que pronto comenzará la época reproductora de muchas especies, entre ellas, las implicadas en nuestro Proyecto de Control Biológico del Topillo Campesino: la lechuza común, el cernícalo vulgar y el mochuelo europeo. A lo largo de las últimas semanas el equipo de GREFA ha estado poniendo a punto las cajas nido de estas pequeñas aves rapaces depredadoras de micromamíferos, de cara a una nueva temporada de cría.
El paso del tiempo, los estragos de los temporales y los accidentes de laboreo hacen necesarios ciertos cuidados y mantenimiento periódicos para que nuestros aliados alados se encuentren los nidales que les proporcionamos en óptimas condiciones. No olvidemos que este proyecto comenzó a llevarse a cabo hace ya once años, con un balance significativo de más de 2.500 cajas nido para pequeñas rapaces depredadoras de topillo colocadas por GREFA hasta la fecha en toda Castilla y León. Así que algunos de estos nidales llevan muchos inviernos en pie.
Entre los trabajos que efectuamos se encuentra un seguimiento regular del estado de las cajas nido, levantar aquellos postes que se han caído, reubicar nidales cuando es necesario, sustituir o reparar piezas rotas o reemplazar las que están en malas condiciones y dejarlas bien limpias, seguras y confortables. Vaya, lo que haría cualquier buen anfitrión por sus huéspedes.
A la vez que reparamos y limpiamos, también aprovechamos para hablar con los agricultores sobre el estado del campo y observamos la actividad de las rapaces. Por ejemplo, las lechuzas se reproducen si hay buenas condiciones y disponibilidad de alimento, no tanto atendiendo a periodos estacionales, por lo que la revisión temprana de los nidales durante el invierno ya nos puede dar algunas pistas sobre el estado de las poblaciones de topillo de cara a tomar posibles medidas preventivas.
La ocupación de las cajas nido está íntimamente ligada a la disponibilidad de alimento. Es por ello que, durante los años de baja afluencia de topillo, lechuzas y cernícalos se desplazan a otros territorios en busca de comida y la ocupación de cajas nido es muy baja en esas temporadas.
Sin embargo, el año pasado hubo un importante repunte de topillo campesino en algunas comarcas de Tierra de Campos, especialmente en las provincias de Palencia y Valladolid, lo que se tradujo en una ocupación muy alta de las cajas, superando en muchos municipios el 90%. Las puestas fueron muy prolíficas y en algunos casos sucesivas.
Alternativa natural y ecológica
Con tanto pollo que alimentar y viviendo en los nidos, es comprensible que nos hayan dejado bastante trabajo por acometer. Pero es un trabajo que hacemos muy gustosos para nuestros aliados en el control biológico de esta plaga agrícola, ya que ellos nos ofrecen una alternativa natural y ecológica ante métodos más dañinos para la fauna circundante, como lo fueron en su día el uso del rodenticidas químicos y el fuego.
No sabemos aún cómo se presentará la temporada de cría a punto de iniciarse, lo que sí sabemos es que las cajas nido ya están listas para darle la bienvenida a sus inquilinos cuando las necesiten.
YA FUE NOTICIA
Primavera de 2019: revisando las 2.000 cajas nido para pequeñas rapaces del proyecto de control biológico del topillo campesino
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