Los días 24 y 25 de octubre, nuestro compañero Carlos Cuéllar impartió unas completas jornadas formativas sobre el control biológico del topillo campesino en la Escuela Agraria de Alfarrás (Lleida). Dirigidas tanto a alumnos y profesores como a fruticultores profesionales, las jornadas sirvieron para destacar el importante papel de la fauna auxiliar (como las rapaces nocturnas) en el control de plagas en el medio agrario.
Gracias a la buena acogida de la primera jornada formativa que celebramos con el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) en la Escuela Agraria de Alfarás el pasado mes de abril, hemos vuelto a tierras leridanas para impartir otra formación aún más completa en materia de control biológico y fauna auxiliar. La Escuela Agraria es un centro formativo de la Generalitat de Cataluña que se encuentra en la provincia de Lleida. Aquí, decenas de jóvenes se forman en los diferentes aspectos profesionales de la fruticultura convencional y la ecológica a través de dos grados formativos, uno medio y otro superior.
Una herramienta agraria sostenible
La primera jornada contó con una primera parte teórica sobre el control biológico del topillo. Entre otras muchas cuestiones, se hizo especial hincapié en la diferenciación entre el topillo campesino y el mediterráneo, dos especies presentes en el territorio, con hábitos distintos, pero a las que se les puede aplicar medidas de gestión integral comunes como el control biológico y otras prácticas de manejo. También se abordaron los errores cometidos en el pasado para la gestión de las plagas de topillo campesino en el Valle del Duero y la importancia de aprender de los mismos para no repetirlos en el Valle del Ebro. Posteriormente, pasamos a realizar un taller práctico de montaje de tres cajas nido para mochuelos, dos para lechuzas y un refugio multicámara con cinco habitáculos para gorriones y una cámara posterior para murciélagos.
Durante la segunda jornada, se celebró una segunda sesión teórica, esta vez sobre fauna auxiliar, concretamente en especies de vertebrados habituales en nuestros pueblos y ciudades que cumplen un importante papel como controladores de plagas y enfermedades al servicio de la salud pública y los sectores productivos primarios (agrícola, ganadero y forestal). A continuación y como cierre de las jornadas, se procedió a la instalación de los nidales construidos el día anterior en diferentes puntos de la finca de la Escuela Agraria de Alfarrás que cuenta con veinte hectáreas dedicadas a diferentes variedades de frutas de pepita y hueso, así como a cereales.
Dos días muy completos que esperemos hayan calado hondo en los jóvenes que participaron en estas jornadas que, a corto y medio plazo, ocuparán un puesto clave en la cadena de producción de alimentos que sustentan nuestra sociedad. Agradecemos a la Escuela Agraria de Alfarrás su confianza y apuesta por la formación en materia de biodiversidad aplicada a la agricultura y mandamos un afectuoso saludo a la organizadora, a los profesores y a la directora por su calurosa acogida. ¡Esperamos veros pronto de nuevo!
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