Aunque han pasado cinco años de las primeras sueltas en Alinya y poco después en Boumort, el proyecto empezó algunos años antes. La primera propuesta de reintrodución en el prepirineo de Lleida se produjo a principios de los años noventa. Con esta idea de recuperar la especie en el cuadrante Noreste Peninsular, GREFA intento y realizó algunos estudios en Aragón, Comunidad Valenciana y Castilla y León, aunque finalmente el proyecto se inició en Cataluña. En el futuro sería muy importante desarrollar otro proyecto similar en alguna de las zonas estudiadas, que comuniquen definitivamente las poblaciones peninsulares con las incipientes del proyecto de reintroducción en Los Pirineos y con las Francesas. Por desgracia la casi nula e insolidaria colaboración de la mayor parte de las Comunidades Autónomas, además de incomprensible puede resultar nefasta para este y futuros proyectos de recuperación de carroñeras en Europa. Comunidades como Andalucía vienen falsamente prometiendo su colaboración desde el principio del Proyecto, pero por el momento no han cedido ni un solo ejemplar. ¿Ejemplo de solidaridad o tomadura de pelo?. La excepción es Extremadura, que está cediendo desde hace muchos años ejemplares de buitre negro a este y a otros proyectos de Francia y gracias a esta Comunidad se está recuperando la especie. En los últimos tiempos también han cedido buitres negros Asturias, Valencia y otras Comunidades que no tienen al monachus como nidificante. Con todo y "a pesar de..." el proyecto de Los Pirineos en Cataluña está funcionando muy bien como se muestra en este pequeño resumen quinquenal del "equipo de trabajo del proyecto".

Ernesto Álvarez, Presidente de GREFA

Han transcurrido cinco años desde las primeras liberaciones de ejemplares.

Por eso, consideramos necesario ofrecer un balance fiel de lo sucedido hasta la fecha, expuesto de manera gráfica y concisa, para que cualquier persona pueda, de un vistazo, hacerse una idea cabal de lo conseguido. ¡Y de lo que resta por conseguir!

Han sido cinco años intensos, como una contrarreloj en la que los buitres negros han demostrado con creces su capacidad para desenvolverse en el mismo medio pirenaico del cual desaparecieron, hace más de un siglo.

Pero no olvidemos que ha sido la acción humana la que les ha devuelto a su hogar, igual que fue la acción humana la que se lo arrebató en el pasado. Ya que, sin el esfuerzo de recuperación, cesión, aclimatación, liberación y seguimiento diario de los ejemplares reintroducidos, la imagen incandescente de las cuatro necrófagas europeas compartiendo una carroñada en estas montañas fronterizas habría quedado relegada al limbo.

O, en el mejor de los casos, lo hubieran contemplado nuestros tataranietos.

Este es, sin duda, el primer hito del proyecto. Y son bien pocas las comarcas continentales que cuentan con el privilegio de tener siquiera la opción de que coincidan en un mismo punto geográfico y temporal quebrantahuesos, buitre negro, buitre leonado y alimoche.

En el Prepirineo de Lleida, gracias a este proyecto de reintroducción, no solamente se da esa coincidencia puntual, sino que las cuatro especies se reproducen y comparten el mismo espacio.

El segundo hito es haber logrado que el buitre negro se reproduzca en libertad dentro de estas montañas, apenas 3 años tras la suelta de los primeros individuos, habiendo volado ya tres pollos.

El tercero, que se incremente de manera exponencial el flujo de buitres negros a través de la cordillera pirenaica, poniendo en comunicación las nuevas colonias francesas (Cévennes, Baronnies) con las tradicionales del cuadrante SW ibérico.

El cuarto que, merced a ese intercambio, se hayan fijado en el incipiente núcleo pirenaico ejemplares exógenos.

¿El quinto? Sería, sin duda, lograr una segunda generación de ejemplares nacidos en la colonia.   

Al finalizar 2012, ésta cuenta ya con cinco parejas en edad reproductora y un total de 20 individuos. Y en los años venideros deberíamos duplicar esas cifras, si queremos asegurar la viabilidad del núcleo pirenaico, a medio y largo plazo. ¿Cuál es el principal freno para conseguirlo? El número insuficiente de buitres negros cedidos para su liberación. Éste es el cuello de botella que ha ralentizado el programa, pues las previsiones de 10-12 ejemplares anuales han quedado reducidas a apenas 6 (38 en total). 

¿Qué o quiénes han hecho posible que, a pesar de dicha restricción, se hayan alcanzado tales hitos? Ante todo, la capacidad natural de una especie como el buitre negro para recolonizar sus antiguos hábitats. Apoyada por la constancia y buen hacer de una serie de entidades públicas y privadas que, aparcando sus potenciales discrepancias, se han centrado en lo esencial, que era recuperar al buitre negro como especie nidificante en el Pirineo.

Por eso, desde estas breves líneas, queremos dar las gracias a la Generalitat de Catalunya y a la Fundació Catalunya-La Pedrera, promotoras del programa. A GREFA y Trenca, entidades encargadas de la recuperación, control sanitario, aclimatación, liberación, alimentación y seguimiento de los ejemplares. A REE, cuyo patrocinio ha permitido el marcaje con emisores terrestres y satelitales-GPS. A las C.A. de Extremadura, Valencia, Asturias, Castilla-La Mancha y Madrid, por la cesión de individuos ingresados en Centros de Recuperación (en especial al C.R. de Los Hornos, en Cáceres, origen de 2/3 de los ejemplares). A Modesto y la brigada de la RNC de Boumort, por su apoyo constante en todas las tareas. A Víctor, especialista en marcajes del MAGRAMA. Y a todas las personas físicas y jurídicas que han entendido la relevancia ecológica de esta iniciativa y la han respaldado, en público o en privado.  

Equipo de trabajo de Boumort-Alinyà

Trabajando en Pirineos

El exito de un programa tan ambicioso como éste se ha conseguido con mucho esfuerzo y trabajo por parte de todos los participante. Aquí teneís una galería de fotos donde aparecen muchas de las personas que han trabajado en el proyecto junto con fotos del jaulón de aclimatación y buitres negros en Pirineos.