Toca reparar los nidales para el control biológico del topillo

Una trabajadora de GREFA repara una caja nido de lechuza que perdió su tapa debido a los fuertes vientos.

Detalles: Creado: 01 Marzo 2021; Visto: 5189

Como todos los años en las fechas previas a la temporada reproductora, había que reparar los estragos que causan el paso del tiempo y los temporales y, sobre todo, volver a levantar todos aquellos nidales derribados y dañados accidentalmente por los trabajos de laboreo de las tierras por parte de tractores y cosechadoras.

Hemos reparado cierres, bisagras y tapas de las cajas nido. Hemos reacondicionado y repuesto nidales completos. Hemos reciclado los postes partidos que soportan las cajas nido para volver a darles una vida útil en el proyecto. Todo ello encaminado a dejar disponibles el mayor número de nidales para nuestras rapaces aliadas en la lucha contra el topillo: las lechuzas, los cernícalos y los mochuelos.

Las lechuzas por ahora se refugian en algunos de esos nidales capeando los días de lluvia y los cernícalos ya empiezan a mostrar signos de marcaje del territorio y de aquellas cajas nido de su interés. Y es que no queda nada para la primavera, ellos lo saben tan bien como nosotros, pues lo sienten en su ADN y en las horas de luz, así que se preparan para un nuevo periodo reproductor. Arreglar y adecentar sus nidos periódicamente es lo menos que podemos hacer por estas aves que tanto contribuyen al control de la que constituye la principal plaga de vertebrados asociada a ecosistemas agrarios: el topillo campesino.

Dos trabajadores de GREFA reponen una caja nido de lechuza.

Cernícalos primilla en Autillo de Campos

Hemos aprovechado estos días para una misión extra: el rescate de la colonia de cernícalo primilla del municipio palentino de Autillo de Campos. La restauración del conocido como Palacio de los Reinoso dejará temporalmente a estas aves sin el lugar en el que suelen anidar. Actualmente el tejado de este edificio en estado ruinoso está a punto de colapsar. Por eso les hemos construido y colocado una docena de nidales nuevos en el edificio colindante, para que así tengan una alternativa segura en su inminente regreso desde África. Estamos trabajando también para que las obras de restauración de dicho palacio incluyan nidales para el cernícalo primilla en su estructura, intentando evitar de este modo que la colonia se disperse en los próximos años.

Esta especie lleva varias décadas enfrentándose a múltiples y preocupantes amenazas que comprometen su supervivencia. Una de ellas es precisamente el estado de los edificios en los que habitualmente anida: ruinas en muy mal estado. Estas ruinas eventualmente pueden colapsar, ser demolidas por motivos de seguridad, suponer un peligro al tener fácil acceso a depredadores tales como gatos domésticos o, incluso, una competencia por los huecos con otras especies como las palomas. Por todo ello, la restauración del edificio que alberga una colonia podría ser una amenaza añadida o todo lo contrario, una posible solución a los problemas citados, si se hace correctamente. En este sentido, la conciencia, colaboración e implicación de los municipios en los que los cernícalos primilla asientan sus colonias es esencial para su conservación.

Trabajadores de GREFA se disponen a colocar nidales de cernícalo primilla en un nuevo emplazamiento junto al Palacio de los Reinoso, en Autillo de Campos (Palencia).

La divulgación como complemento de la conservación

Como broche de estos días de reparaciones, hemos aprovechado para poner unos carteles divulgativos en los postes de los nidales de gorrión que pusimos el pasado octubre en el municipio de Cuenca de Campos (Valladolid) dentro del marco del Programa de Voluntariado Ambiental de la Fundación Caja de Burgos – Obra Social "la Caixa". Ahora los vecinos del pueblo y visitantes podrán saber con un golpe de vista qué inquilinos se esperan en esos nidos y, por tanto, cuál es su función. Tan importante es la conservación como crear conciencia sobre ella.

Cartel divulgativo para los nidos de gorrión en Cuenca de Campos (Valladolid), con ilustraciones de Miriam Báscones