Trabajar con especies amenazadas requiere a menudo tantos esfuerzos y dedicación sobre las poblaciones a las que se quiere favorecer que, si no fuera por el objetivo de la misión, algún que otro naturalista se lo pensaría dos veces antes de meterse en tal movida. No es el caso de la voluntaria francesa Emilie Delepoulle, que siempre parece dispuesta a salir de las trincheras del Hospital y Centro de Recuperación de Animales Silvestre de GREFA, en Majadahonda (Madrid), para batallar en favor de nuestra fauna más carismática y vulnerable.

Hoy acompaño a Emilie en la visita diaria a las nuevas colonias de cernícalo primilla que GREFA ha creado en la Comunidad de Madrid con el objetivo de recuperar la población de esta pequeña rapaz en la región, donde está oficialmente catalogada como “En peligro de extinción”. Sobrellevar el calor extremo de finales de julio en las zonas rurales y agrícolas donde acostumbra a criar y campear esta especie migradora ya tiene su mérito. Pero la cosa ya es de nota si la tarea consiste en suministrar comida a diario a cientos de pollos, abriendo uno a uno los nidales artificiales donde han sido introducidas estas aves.

Primera parada: el primillar

Emilie Delepoulle, voluntaria de GREFA, introduce pollitos muertos de gallina en uno de los nidales de cernícalo primilla del silo de Navalcarnero (Madrid). Emilie Delepoulle, voluntaria de GREFA, introduce pollitos muertos de gallina en uno de los nidales de cernícalo primilla del silo de Navalcarnero (Madrid). Nuestra primera parada es el primillar que existe en la dehesa boyal del pueblo de Quijorna, en el suroeste madrileño. El paisaje que contemplo es eminentemente agrícola, ideal para la especie: cultivos de secano, sobre todo cereal (y algún que otro encinar y retamar), solo roto por el horizonte de la sierra de Guadarrama. Un primillar es una edificación expresamente diseñada para albergar una colonia de cría de cernícalo primilla. Por lo general son construcciones sencillas, de base rectangular, con aspecto de casa de labranza y a menudo rematadas por una torre. En la Comunidad de Madrid hay ocho primillares, la mayoría construidos a iniciativa de GREFA. El de Quijorna fue inaugurado en 2009.

Tijera en mano, Emilie trocea con energía y rapidez sorprendentes los pollitos de gallina muertos con los que vamos a alimentar a los cernícalos primillas. Un primillar es como un patio de vecinos donde cada cual tiene su propia historia. Desde el interior observo como sus paredes están repletas de nidales o cajas nidos, muchos de ellos con pollos dentro bastante crecidos por estas fechas, que incluso ya vuelan y que pronto abandonarán el lugar para encaminarse a sus zonas de invernada africanas.    

 La mayoría nacieron en el centro de cría en cautividad del cernícalo primilla que GREFA tiene en sus instalaciones en Majadahonda. Este año han sido más de treinta los introducidos en el primillar de Quijorna, a donde fueron trasladados hace semanas para que completasen su crianza con la ayuda de la alimentación suplementaria que se les suministra a diario. Pero en los nidales también hay pollos nacidos en el propio primillar, de parejas reproductoras formadas por aves introducidas años atrás o incluso de parejas silvestres que han elegido este sitio para criar.

Segunda parada: el silo

En nuestra siguiente parada accedemos a algo bastante más grande que un primillar. El imponente silo agrícola de Navalcarnero acoge este año unos cuarenta pollos criados en cautividad por GREFA. Repetimos la misma operación que en Quijorna para preparar la comida, mientras no deja de imponernos la atmósfera de silencio y abandono que se respira en el silo, único vestigio de la intensa actividad de recolección y almacenamiento de cereal de décadas pasadas que hoy no es más que un recuerdo.

Pero el destino ha traído una nueva vida a estos colosos en decadencia. No sólo en la Comunidad de Madrid, también en Extremadura, Castilla-La Mancha, Andalucía y Castilla y León, los viejos silos agrícolas están siendo utilizados por Grefa, en colaboración con diversos organismos e instituciones, para crear nuevas colonias de cernícalo primilla, al igual que los primillares.

A Emilie, para acabar su faena del día, todavía le queda hoy entrar para cebar a los cernícalos en otros tres sitios donde han sido reintroducidos pollos de la especie este año: los primillares de Batres y Villaviciosa y un antiguo depósito de agua en forma de torre en Sevilla la Nueva. Pero mi visita concluye en Navalcarnero, desde donde deseo la mejor de las suertes para estos pequeños primillas que pronto emprenderán su viaje migratorio.

  

MANOS A LA OBRA, LLEGAN LOS PRIMILLAS

Con la llegada al inicio de la primavera de los cernícalos primilla a las áreas de cría comienza el trabajo de campo de GREFA con esta especie. La primera tarea del calendario es localizar y leer las anillas de los ejemplares marcados en años anteriores que han regresado y censar el número de parejas que se forman en los primillares y los silos. Estas colonias se verán reforzada con la introducción de los pollos nacidos ese año en los criaderos de la especie que GREFA dispone en su centro de fauna silvestre. La supervivencia de estas aves se asegura con el aporte de alimentación hasta que, ya entrado el verano, abandonan el nido y son capaces de valerse por sí mismos.