Esta semana hemos querido dedicar la viñeta que nos ha elaborado nuestra compañera la ilustradora Belette Le Pink a la migración post-nupcial de los milanos reales europeos, que finalizado el verano se desplazan a sus cuarteles de invernada en España en busca de sol, buenas temperaturas y, sobre todo, comida fresca (no congelada). Les damos la bienvenida, mientras hacemos balance de los recientes movimientos de los milanos reales nacidos en la Comunidad de Madrid a los que seguimos gracias a los emisores GPS que portan.
Con respecto a la saga familiar de milanos reales que seguimos desde hace años, tomando como punto neurálgico su territorio de cría en el piedemonte madrileño de la Sierra de Guadarrama, os empezaremos contando que los más adultos ("Succeso", "Jara", "Collado", "Felybea", "Yelmo" y "Gerónimo") han permanecido en sus territorios de cría. Las malas noticias, que también las hay, vienen de los nuevos reproductores: "Gerónimo" fracasó en su primer intento de cría (esperemos que el año que viene lo consiga), mientras que "Yelmo" llegó a reproducirse, pero su hijo "Prado" apareció ahogado en un pozo en los alrededores de su nido.
En cuanto a los jóvenes, han continuado sus viajes dispersivos. "Tronco" ha sido el menos viajero, desplazándose por el Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama (Madrid). "Branch" también ha permanecido en territorio madrileño, con breves desplazamientos al sur de la provincia de Segovia y una predilección especial por la zona de Aranjuez.
Cómo no, los que más se han movido han sido los nacidos en 2016. "Jarosa", tras regresar de Navarra, permaneció una temporada entre los municipios madrileños de Colmenar Viejo y Soto del Real, para después desplazarse hasta Cabeza del Caballo, en el noroeste de la provincia de Salamanca donde todavía permanece. "Abantos" ha aprovechado para conocer el centro peninsular y finalmente asentarse en la zona de Torrejón del Rey, en un área a caballo entre las provincias de Madrid y Guadalajara. Por último, "Berrocal" se desplazó hasta Navarra, desde donde regresó hasta su nido madrileño para rápidamente volver a Navarra, donde continúa con sus movimientos dispersivos. ¡Suerte a todos ellos!